La controversia en Cataluña está zarandeando a su economía. El traslado de la sede social, y en algunos caso también fiscal, de las empresas catalanas a otros territorios de España no es el único indicativo. La bajada de la llegada de turistas y el freno de las inversiones por la incertidumbre encienden las alarmas. Pero otro fenómeno amenaza a la región. La polarización de este conflicto podría radicalizar el boicot a los productos con la etiqueta ‘Made in Cataluña’.
Pero la fractura social puede reducir estas cifras. Un boicot que ya se produjo con el Estatut de 2006, como recuerda Luis Bonet, presidente de Cámara de Comercio de España y presidente de Freixenet. Precisamente, los vinos y cavas catalanes son los productos más señalados por los consumidores. “Son artículos emblemáticos para el territorio y se está produciendo reacciones por parte de los consumidores”, asegura el empresario.
Pero existen más productos que corren peligro con este boicot. Sobre todo, en los productos de alimentación. La industria alimentaria catalana es la más importante de España. En los últimos datos que ofrece el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que datan de 2014, el sector tiene una facturación neta en el territorio de 21.260 millones, que suponen el 23% del total de todo el país.
El sector alimentario supone el 17,8% del volumen de negocio de la industria de Cataluña y aglutina a 75.248 trabajadores, el 20,68% de los puestos de trabajo de toda la industria catalana. Una industria sensible para Cataluña. En total, 2.007 empresas alimentarias están situadas en la región, lo que supone un 7% del total.
Por ello, no es de extrañar que las grandes compañías de alimentación sean de origen catalán. Además de las conocidas marcas de cava como Freixenet y Codorniu, compañías como Idilia Foods (Nocilla, Colacao y Okey, entre otras), Estrella Damm, Fontvella, Vichi Catalán, Cacaolat, Caldos Aneto o Conservas Dani tiene etiqueta ‘Made in Cataluña’. Pero también compañías alimentarias internacionales eligen Cataluña en su aterrizaje en España. Aunque no tengan esa etiqueta, multinacionales como Nestlé, Danone o Unilever o grandes grupos de distribución como Lidl y Aldi tienen sus sedes en la comunidad autónoma.
Otro sectores tampoco pierden de vista esta amenaza. Por ejemplo, la marca de automóviles más vendida en España se produce en Martorell (Barcelona). Seat, la filial de alemana Volkswagen, es, o era antes de octubre de 2017, la favorita entre los españoles. En concreto, sus modelos Ibiza y León se encontraban entre los preferidos entre los españoles.

PREOCUPACIÓN ENTRE LOS EMPRESARIOS
El boicot provoca miedo entre los empresarios catalanes.
Empresaris de Catalunya apunta que esta amenaza ya está afectando a Cataluña. «Los primeros datos indican un caída del consumo, un reducción de la inversión extranjera y del turismo Cataluña. Lo que afectaría gravemente a la generación de riqueza y de empleo en Cataluña, pero también de forma indirecta al conjunto de España”, indica. Con el boicot la economía catalana tendría menos recursos para financiar el independentismo. Y desde luego la supuesta superioridad independentista sobre el resto de españoles quedaría muy en entredicho al entrar en números rojos.
Desde la asociación también hacen hincapié en el efecto “desmoralizador” de la fuga de las grandes empresas catalanas. “Existe la sensación entre los empresarios de que se ha marchado ‘el hermano mayor’”, indica Rivadulla. Además, destaca que el inicio de este boicot se produjo con la retirada de fondos de los dos principales bancos catalanes: Caixbank y Sabadell.
UN BOICOT DESDE DENTRO
La situación también podría haber frenado “la creación de un hub de startups en Barcelona”, apunta el vicepresidente de Empresaris de Catalunya. La ciudad condal es considerado como uno de los grandes centros neurálgicos de la industria tecnológica en el sur de Europa y que podría haberse frenado por esta situación. Además, señala que otra consecuencia indirecta también es que “los grandes talentos extranjeros no elijan Cataluña para realizar sus estudios”, destaca.
Carlos Rivadulla afirma que, además del alimenticio, otro sector en Cataluña también puede verse siendo afectado el farmacéutico.
Origen: Los productos ‘Made in Cataluña’ temen la radicalización del boicot de los consumidores
