ABSTENCIÓN, LA PALABRA TABÚ PARA BARONES Y SECUACES

Pedro Sánchez ha vuelto a España tras sus vacaciones en EEUU con energías renovadas. El ex líder del PSOE se plantea la posibilidad de intentar recuperar la Secretaría General del PSOE, aunque mide sus tiempos. Para empezar, prevé aguardar hasta la celebración del Comité Federal del partido del domingo para dar su primer paso. Por este motivo, no se le espera en reuniones como la de los grupos parlamentarios el martes con la Gestora ni en el propio Comité Federal, al que podría asistir en su calidad de ex secretario general. Una vez que el partido se pronuncie, ya sea aprobando la abstención a Rajoy o manteniendo el no a su Gobierno, Sánchez empezará su ofensiva.

Debe decidir si votará en contra de la abstención o si se ausentará de la sesión de investidura

El ya diputado raso sopesa sus opciones. Su primer dilema es qué hacer si el PSOE decide abstenerse en la votación de investidura a Mariano Rajoy. Pedro Sánchez dimitió tras perder en el Comité Federal frente a los barones territoriales que apuestan, ya abiertamente, por dejar gobernar al presidente del PP. Su marcha ha convertido la bandera del no a Rajoy en un clamor en agrupaciones socialistas de toda España, que están mostrando la fractura del partido entre ambas posturas en numerosas asambleas locales.

Congreso extraordinario

Pedro Sánchez podría aprovechar ese clima para intentar recuperar su puesto. Un congreso extraordinario con primarias para elegir al secretario general le daría la oportunidad de rentabilizar ese descontento de las bases para volver a la cúpula del partido. Con ese objetivo en mente, no puede permitirse pasos en falso. Y votar en contra de lo que decida legítimamente el máximo órgano del partido podría ser uno de ellos. O por el contrario la militancia podría interpretarlo como que Sánchez es un político que antepone sus principios y su palabra a todo. Como esos valores son escasísimos entre la clase política, a lo mejor se convierte en el político más popular de la primera mitad del siglo XXI.

Por ese motivo, Sánchez estudia ahora qué hacer. Y no lo decidirá hasta que el PSOE aclare su postura. En primer lugar, si se abstendrá o no. Y en segundo, qué fórmula utilizará, si la abstención técnica de diez diputados, como apuestan distintos referentes, que quieren evitar la fractura del grupo, o si todo el grupo socialista debe mantenerse unido a la hora de facilitar el Gobierno a Rajoy. Aunque eso último no lo van a conseguir: ya hay una docena de valientes en las filas socialistas del Congreso que mantendrán el ‘No es No’ contra viento y marea. Incluso en el lodazal creado por los barones sobreviven margaritas, ya ven.

En ambos casos, abstención mínima o de la mayor parte del grupo,  la posición de Sánchez es delicada. Mientras que mantener el no a Rajoy canalizaría la contestación interna de los bases, la ruptura de la disciplina de voto sería un mal precedente para alguien que aspira a dirigir de nuevo el partido. Aunque es improbable que el ex secretario general opte por ausentarse de la votación, tal y como le ha recomendado este lunes abiertamente el PSOE andaluz de Susana Díaz. Primero, porque si se lo recomienda la Díaz, lo mejor que puede hacer es justamente lo contrario. Por otra parte, ausentarse del Congreso durante la votación es equivalente a una abstención, justo lo que Sánchez se comprometió a no hacer.

Lo que le gustaría a Susana Díaz es evidenciar su control sobre la mayoría del partido y dejar a Sánchez como líder de un grupo residual, con la docena de diputados que mantienen su no a Rajoy. Pues va a ser que no, señora mariscala del Sur. Cada día lo tiene más difícil, porque cada día surgen nuevos focos de rebeldía frente a su actuación desleal contra el partido y su intento de dictadura interna al poner la gestora.

Sánchez ya ha insinuado hoy en ElDiario.com que puede optar por renunciar a su acta de diputado. De esta forma mantendría sus valores intactos, como le piden las bases y buena parte de los votantes socialistas.

En realidad todo lo anterior es el cuento de la lechera, pues el Comité Federal aún no ha decidido y se prevé movido.  Nunca se sabe lo que puede pasar, pero a lo mejor los pseudopeperos del partido se llevan una sorpresa, sobre todo si la votación es secreta y no a mano alzada como les gusta a ellos, para controlar a sus consiglieri y castigar con la omertá a los que se salgan de madre. Esta vez no les conviene lo de contar manitas afines; se les vería demasiado el plumero. Y hasta el clientelismo. Los barones y sus partidarios ni siquiera se atreven a mencionar la palabra ‘abstención’: no la han pronunciado abiertamente ni una sola vez. De manera que su posición es quizás mucho más débil de lo que dan a entender. Más del 90% del partido no está con ellos, aunque cuenten con los cargos superiores y medios en su mayor parte, pues estos viven (estupendamente, por cierto) de eso, de dar jabón a los barones y seguir sus instrucciones a muerte. A cambio obtienen jugosos puestos y prebendas. Un régimen feudalista que hay que cambiar cuanto antes si el PSOE desea tener alguna esperanza de sobrevivir en el futuro. Y es el primer cambio que tiene que completar Pedro Sánchez si, aupado por las bases y muchos votantes, retorna a la Ejecutiva del PSOE en las próximas primarias, como es lo más probable.

Mientras tanto, los barones encabezados por la Gloria Gusanista de Andalucía pergeñan distintas estrategias a la desesperada en los medios que controlan, que son casi todos: insinúan que las firmas que reúnen los militantes no son válidas (están comprobadas y las revisará un notario); que los votantes socialistas quieren la abstención por mayoría (pregúntese a un votante socialista, pero antes es imprescindible ponerse casco si eres partidario de Díaz); y la última esta: decirle a Pedro Sánchez que debe ausentarse de la votación en el Parlamento, lo cual lo liquidaría. La Susana pierde facultades por días, al ver cómo van desvaneciéndose sus apoyos y sus esperanzas de llegar a secretaria general del Partido Socialista (ver serie #Susana Díaz Cae en Asturgalicia). Ahora mismo Susana Díaz es una de las personas más aborrecida (compite por la primera posición, eso sí, estrechamente con Felipe González) entre las gentes de izquierdas.  ¿Han visto ustedes alguna vez a un gato acorralado en una esquina, dando zarpazos sin ton ni son? Pues eso.

Origen: Pedro Sánchez aguardará al Comité Federal para iniciar su ofensiva – El Independiente