En una carta enviada expresamente a los lectores del periódico que se dieron de baja como suscriptores en disconformidad con la cobertura de la crisis del PSOE y, especialmente, por el contenido del editorial que El País publicó el 29 de septiembre, el director Antonio Caño no descarta haber “sido presa de la misma efervescencia” que (según él) quería combatir desde las páginas del periódico. InfoLibre ha tenido acceso a la misiva enviada por Caño.
A modo de explicación, el director del diario se refiere a la actualidad para justificar lo ocurrido. “Vivimos tiempos de gran turbulencia política”, explica a los lectores. Lo gracioso es que la turbulencia política con el golpe al PSOE ha contribuido a crearla en gran parte Cebrián, y sus medios El País y la Cadena Ser. Al consejo de administración de El País pertenecen González y Rubacalba, auténticos lobos contra Sánchez.
En fin, sigamos con la misiva donde se admite que ser golpistas puede causar grandes pérdidas económicas. Los votantes de izquierdas no son tan tontos como se creían desde El País. “Es fácil apreciar en nuestro entorno más cercano hasta qué punto los ánimos están exaltados y hasta qué grado la incompetencia e irresponsabilidad de unos y de otros ha creado un clima de irritación y desánimo en una gran parte de la sociedad”. Lo dicho, El País se lo guisa, El País se lo come, solo que mantiene la caradura de no reconocer abiertamente su participación.
“No descarto que nosotros”, precisa a continuación, “como medio que pretende estar lo más cerca posible del ánimo de esa sociedad, hayamos sido presa (…) de la misma efervescencia que denunciamos y combatimos. Si ha sido así, lo lamento profundamente”, concluye.
Lo lamenta porque pierden pelas a raudales. Si no las perdiera, no habría lamento, sino satisfacción. Los fariseos eran ejemplares al lado de esta tropa de El País, ‘todo por la pela’.
Tono inadecuado
Caño insiste después en que “este es también un momento de gran trascendencia en la historia de nuestro país. Un momento en el que, en medio de la confusión, un gran medio de comunicación tiene la obligación de sostener posiciones claras y firmes sobre lo que considera el mejor camino a seguir. “Admito que, en la pasión de nuestro oficio, el tono empleado en esa labor ha podido a veces no ser el más adecuado”.
Insultar el buen nombre del periodismo diciendo que es «su oficio» en el País supera todos los récords.
El editorial que motivó el enfado de los lectores se publicó en plena ofensiva para forzar la dimisión del líder del PSOE. En dicho texto, el diario de Prisa no sólo consideraba “imprescindible” la salida de Pedro Sánchez de la dirección socialista sino que le llamaba “populista” e “insensato sin escrúpulos” y le acusaba de actuar con “cobardía”, “en la mejor tradición sectaria” y de acuerdo a una “hoja de ruta insensata”. También decía que había “mentido sin escrúpulo” (sic).
El mismo editorial proponía el nombramiento de una gestora y la realización de un congreso extraordinario después de despejar la formación de Gobierno. Exactamente el rumbo que ha tomado el PSOE tras la dimisión de Sánchez.
Su publicación motivó en su día un emplazamiento del Comité de Redacción del periódico, el órgano que representa a los periodistas de El País, para pedir explicaciones. Caño puso punto y final a la reunión al cabo de apenas un minuto con el argumento de que no aceptaba ningún debate sobre la línea editorial y que él es el único responsable de la misma, según reveló eldiario.es citando fuentes del propio Comité. Parece que ahora que se resiente el bolsillo ha cambiado de opinión y vuelve (de boquilla) a la dignidad y los principios. La pela es la pela.