En las noticias es fácil distinguirlo cuando si incluye en el artículo las palabras «repentina» o «súbita», «muerte que ha dejado a todo el mundo sorprendido», » por sorpresa se le ha descubierto una enfermedad del corazón», ID ejemplos similares. Pero los medios esclavos de manipulación masiva solo comunican las muertes y casos más sorprendentes y las atribuyen al propio virus. Los casos de personas normales que no tienen trascendencia en los medios, por extrapolación , deben ascender a muchos, muchos más.
Una pantalla de humo diabólica si tenemos en cuenta que en 2020 también había virus pero no había vacuna. Esas muertes derivadas que producen daños en el CORAZÓN, ictus, trombosis… y otros múltiples efectos perjudiciales que dejan a las personas machacadas del resto de su vida, o directamente las mandan para el otro barrio sin que hubiera ningún problema de salud previo. Solo puede achacarse al único factor diferencial que hay desde hace un año: demoníacas inyecciones sin experimentar con las que las farmacéuticas se están haciendo de oro, y los gobiernos consolidan su poder sobre la población para seguir manteniendo las dictaduras totalitarias globalistas en las que nos han sumergido, con la excusa de la plandemia. Una trampa del diablo en la que ha caído el 70% de la población mundial.