La cifra, en estos momentos, se sitúa en concreto en 56.110 muertes.
Todo ello, teniendo en cuenta que según esos mismos datos, la comunidad con menor tasa de mortalidad en la segunda ola es precisamente la que concentra el ataque de Sánchez: Madrid. Los datos son reveladores: desde el 9 de marzo de este año y hasta el 13 de septiembre -última actualización del Instituto Nacional de Estadística (INE)- el exceso de muertes con respecto al mismo periodo del año pasado se eleva hasta esos 56.110 muertos.
Puesto que la única causa extra de mortalidad en esos meses es el coronavirus, la práctica totalidad de esas muertes corresponden, por pura lógica, al Covid.
Hay que recordar que la cifra oficial de muertes que acepta el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es de 32.086 fallecidos por el coronavirus, con lo que el ocultamiento de los datos publicados por el Ejecutivo empieza a ser ya todo un récord: prácticamente hay que multiplicar por dos el dato oficial para lograr el real.
Los datos obtenidos demuestran que la tasa de mortalidad nacional medida entre el 27 de julio y el 13 de septiembre (últimos datos recopilados por el INE) se sitúa en 15,76 muertos por cada 100.000 habitantes.
Hay que recordar que el sistema de recuento oficial del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sólo incluye como muertes por coronavirus las certificadas con test, con lo que la mejor manera de aparecer bien en las estadísticas es no hacer test, justo lo peor para controlar los focos de contagio.
El sistema estadístico MoMo de los Registros Civiles también ha confirmado con los datos a 6 de septiembre que la mayoría de los territorios socialistas o separatistas está comunicando los datos de mortalidad con un claro retraso.
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