La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel.
La piel atópica es aquella piel caracterizada por su propensión a desarrollar tendencias alérgicas.
Los síntomas más característicos de esta dolencia son:
- Piel reseca y comezón
- Erupciones en el cutis y en la piel detrás de las rodillas, en las manos y los pies y en el área interior de los codos.
Al rascarse la piel puede provocar:
- Enrojecimiento
- Hinchazón
- Cortes
- Secreciones de líquido claro
- Costras
- Piel gruesa
- Escamas
La enfermedad cursa en etapas alternativas de brotes, donde está muy presente, y remisiones, donde casi parece haberse curado.
Hasta el momento se desconoce su causa exacta. Influyen tanto factores genéticos (viene de familia) como ambientales
Aunque cualquier persona puede padecer esta enfermedad, es más común en bebés y niños, aunque con frecuencia mejora o llega a desaparecer con el crecimiento. Vivir en ciudades y climas secos es otro factor de riesgo que te hace más proclive a desarrollarla. Pero en ningún caso es contagiosa ni infecciosa.
Los síntomas de la enfermedad que desarrolla cada persona son específicos para ella
Para estos problemas concretos de dermatitis atópica, existen productos como los que fabrica Multilind, aptos para la higiene diaria de la piel atópica, respetuosos con la piel.

12 Consejos para el cuidado diario de la piel atópica:
- Lo más importante es prevenir para evitar nuevos brotes y llevar un registro de los anteriores, para ser capaces con el tiempo de identificar los posibles factores de riesgo.
- Limpieza diaria de la piel. La piel atópica tiene más probabilidad de infectarse por virus, bacterias u hongos. La higiene puede ser diaria, pero lo mejor son las duchas o baños cortos con agua templada. Bañarse con menos frecuencia y mantener un contacto con el agua lo más breve posible. Los baños cortos y más frescos son más aconsejables que los baños calientes y prolongados. Hay que evitar el agua demasiado caliente ya que puede agravar la inflamación. En vez de jabones tradicionales se debe sustituirlos por limpiadores suaves, y sólo en su cara, axilas, zonas genitales, manos y pies. Nunca debe frotarse ni secarse la piel con demasiada fuerza ni por mucho tiempo. Después del baño, se aconseja aplicar cremas, lociones o ungüentos lubricantes sobre la piel mientras esté húmeda. Esto ayudará a atrapar la humedad.
- Aplicar productos adecuados. Las pieles con dermatitis atópicas se caracterizan por estar muy secas. Por ello es fundamental el uso de cremas hidratantes a diario para evitar nuevos brotes de eccema. El mejor momento para aplicar la crema hidratante es justo después del baño, cuando la piel se halla aún húmeda. Así la hidratante se extiende más fácilmente y se absorbe antes. Cremas y geles deben ser específicos para pieles atópicas, de modo que no contengan perfumes, conservantes o parabenos que puedan afectar al paciente. Precisamente para estos problemas concretos de dermatitis atópica existen productos como los que fabrica Multilind, aptos para la higiene diaria de la piel atópica, al ser respetuosos con la piel.
- Mucho cuidado al secar la piel. Utilizar toallas de algodón y sin frotar, para evitar dañar e irritar las zonas afectadas.
- Dieta controlada. Ningún alimento es abiertamente dañino para esta dolencia, pero lo cierto es que algunos de ellos conllevan más riesgos que otros. El médico de cabecera es quien mejor puede informar al enfermo. Deben evitarse en lo posible los alimentos susceptibles de provocar crisis. Aunque la dermatitis no esta producida por una alergia alimentaria, las personas que la sufren tienen más probabilidades que el promedio de padecer alergias alimentarias, como por ejemplo a ciertas frutas, frutos secos, huevo, etc.
- Protección solar para pieles sensibles. Por supuesto la piel debe protegerse de los rayos solares todo el año.
- Evitar el exceso de abrigo. Porque se puede acabar sudando y empeora los síntomas de esta afección.
- Prendas de algodón y no sintéticas. Se recomienda elegir prendas de algodón y evitar los sintéticos y las lanas que tienden a provocar reacciones alérgicas en la piel. Además, a la hora de lavarlos, es mejor proceder a un doble aclarado para eliminar totalmente los restos de detergentes. No se recomienda el uso de suavizantes.
- Geles especiales para el baño. Sobre todo en el caso de los niños, son preferibles los productos que no contengan jabón, dado que tienden a resecar la piel. Deben emplearse geles hipoalergénicos y sin perfumes.
- Humedad ambiental. Conviene conservar el interior de la casa húmedo, todavía más durante el invierno por el uso de la calefacción. Se debe evitar la existencia de irritantes en la casa, como polvo, epitelio de animales, etc. Para mantener la humedad ambiental son útiles los humidificadores en los domicilios, en el coche, en la oficina…
- El control del estrés emocional puede ayudar asimismo a evitar nuevos brotes de la enfermedad.
- Acudir con frecuencia al dermatólogo para tratar las complicaciones y para aprender a evitar y controlar los brotes.
