Respecto a las últimas noticias sobre la privatización de los transportes públicos va a resultar bastante fácil argumentar que ni van a ser rentables ni van a solucionar los supuestos problemas por los que se produce esta acción.
Para ello, basta consultar la obra «Algo va mal» de Tony Judt. En ella, el autor británico expone cómo las experiencias anteriores de privatización sobre este sector sólo pueden considerarse como nefastas. Son dos los casos que entre muchos pueden resaltarse:
- Nueva Zelanda. El gobierno privatizó los servicios de ferrocarril y transbordadores en 1990, despojando los compradores a estos sectores de todos los activos vendibles. En 2008, el gobierno no tuvo más remedio que volver a poner bajo control estatal un transporte mediocre y que seguía produciendo pérdidas.
- Inglaterra. En 1994, el último año de funcionamiento de la empresa estatal de ferrocarriles costó a los contribuyentes 950 millones de libras. En 2008…
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