Una ovación orquestada por los trabajadores, despedidos ya la pasada semana, rompía el silencio reinante ayer a la puerta de la fábrica de Chupa Chups, en Villamayor. Así recibían a los 63 empleados que abandonaban, por última vez, las instalaciones piloñesas, dando por terminada su actividad tras 53 años fabricando caramelos de forma ininterrumpida en la localidad.
Fue una jornada emotiva en la que las lágrimas, los besos y los abrazos entre empleados, amigos y familiares parecían no tener fin y, como era de esperar, tampoco faltaron las protestas de los trabajadores que, una vez más, tiraron de creatividad para mostrar su postura ante lo que consideran un cierre injusto.
A pesar de que, finalmente, la empresa dividiera a los trabajadores en dos turnos de cuatro horas con salidas a las diez de la mañana y a las tres de la tarde, estos se pusieron de acuerdo y decidieron arrojar sus ropas de trabajo en un cubo de basura para posteriormente quemarlas como último acto reivindicativo.
Uno de los instantes más emotivos fue el recuerdo de Ovidio Solares, quien fuera presidente del comité de empresa que llevó las negociaciones del cierre hasta su fallecimiento el pasado 3 de noviembre. Precisamente su sucesor al frente de las negociaciones, Toni Sánchez, llevó una figura de madera que le regaló Solares y que había sido tallada a mano por éste. El propio Toni Sánchez, que fue despedido ya el día 14, recordó las movilizaciones llevadas a cabo por los trabajadores en los últimos meses.
Ahora comienza la búsqueda de trabajo para los 120 empleados despedidos progresivamente desde el pasado 5 de enero y que la semana pasada iniciaron una ronda de entrevistas realizadas por la empresa consultora encargada de buscarles una recolocación que esperan como agua de mayo.
(Fuente: LNE)