Da igual ver deportistas caer fulminados o que se tienen que retirar definitivamente, cantantes que obligados a inocularse se mueren jóvenes, la enfermedad de la repentinítis, como consecuencia de la inoculación del fármaco experimental, si que ahora es una plaga y no el Omicrón que se sacaron de la manga estos mafiosos. Pero es inútil advertir de los peligros de la inoculación. La gente está hipnotizada, ponen el telediario y salen como sonámbulos directos al punto de inoculación mas cercano, o con una simple tos van a que uno de estos de bata blanca les diga si están enfermos o no, metiéndoles un palo en sus narices, no les vale su instinto, que va. Para llegar a esto han tenido que aborregar a la sociedad durante muchos años, porque otras generaciones pretéritas nunca hubieran tragado el engaño y en el minuto uno ya les habrían corrido a gorrazos.