Susana Díaz Cae (69): de enganchada en enganchada hasta la derrota final. La zultana fija líneas rojas a su lealtad a Pedro Sánchez y continúa su guerra personal. En las redes sociales muchos socialistas andaluces empiezan a admitir que la única forma de hacer la necesaria limpieza en Andalucía es perder las próximas elecciones autonómicas, y así librarse de tanta lacra derechista y clientelista como se ha enquistado en el PSOE

El reencuentro de Pedro Sánchez y Susana Díaz tras el fracaso de la baronesa en sus aspiraciones a gobernar en Ferraz, demostró que la baronesa mantiene la división. Hasta que el socialismo se derrumbe en Andalucía y dé paso a un gobierno inédito de PP-Ciudadanos, que es lo que logrará la lideresa en las próximas elecciones autonómicas, empecinándose en ser lo que nunca podrá ser, y manteniendo su dictadura andalucista porque ‘yo lo valgo’ (que no lo vale), la Susi no para.

El ambiente antipedrista se palpaba desde el inicio, no en vano la Díaz había juntado a todos los estómagos agradecidos que le quedan, que son aún muchos, porque siempre hay gente para todo, y más para chupar del bote, aunque sea de un régimen totalitario en descomposición como es el del PSOE-A, que no para de perder votos a cada nueva elección a la que concurre.

De hecho no dejaron entrar a militantes con pancartas de apoyo a Pedro Sánchez desde la organización susanista del congreso regional.

Una vez comenzado el acto, a pesar de las buenas formas y los abrazos, la lideresa, en su discurso, se salía de lo aprobado en el Congreso Federal, el órgano soberano, mientras ella y sus acólitos estaban de copas por Madrid.

Cuando se votaba la plurinacionalidad por el órgano soberano del partido, Susana Díaz y la mayoría de los delegados andaluces se fueron de juerga siendo motivo de críticas por parte de otras delegaciones.

Susana Díaz estuvo involucrada en el ambiente de división y el ‘golpe’ a Pedro Sánchez llevando al partido a una situación límite. Ahora, a pesar de haber perdido y que sus defensores han enterrado el hacha de guerra, la lideresa ha vuelto a marcar diferencias con lo que se votó por todos los delegados en Madrid mientras ella estaba en un bar. 

Pedro Sánchez, que es un señor, y por eso destacaba entre aquella morralla susanista como un faro en una noche oscura, habló en su discurso de ‘unidad’ y se dirigió a ella como “mi secretaria general y mi presidenta de la Junta”, en un claro gesto de intentar limar asperezas y eliminar toda sombra de división. Aunque alguien debería recordarle a Sánchez que dar margaritas a los cerdos nunca ha funcionado, y sí en cambio el refrán que menta a San Martín.

“La derecha quiere un PSOE desunido porque un PSOE unido es imparable, así que hagamos un PSOE unido”, declaró durante su intervención reclamando la “igualdad y la fraternidad” como valores del Partido Socialista. “Sumemos, seamos imparables” dijo el secretario general afirmando: “Susana, tienes mi apoyo para ganar las elecciones de 2019, aquí, en Andalucía.”

Sin embargo ella, tan traicionera y poco socialista como siempre, volvió a poner líneas rojas a su lealtad: “Nunca me hagas elegir entre las dos lealtades porque soy la presidenta de todos los andaluces” en referencia a la plurinacionalidad que se fijó en el Congreso Federal y ella no votó por estar de fiesta por Madrid.

La lideresa, al finalizar el acto, dejó solo a Pedro Sánchez en el escenario y no quiso dar esa foto a los fotógrafos mandando un claro mensaje de hostilidad y división de nuevo en el seno del Partido Socialista. Lo que la Díaz no entiende, ni entenderá cuando se vea más sola que la una, con todos sus palmeros en desbandada, es que su soberbia y su prepotencia solo aceleran su caída, que ya ha empezado en picado. La gente no es tonta y muchos en Andalucía andan  estos días horrorizados por haberla votado hace tres años, pues la zultana ha mostrado su verdadero careto y la verdad, hasta el retrato de Dorian Gray parece guapo.

De lo que no quiere darse cuenta la reina del Sur es que el PSOE no es suyo en Andalucía. Los andaluces votan a las siglas, sea el que sea el que encabece la lista. Dice mucho que cuando la encabezó la Zuzi, pese a ello, obtuvo los peores resultados de la democracia en unas autonómicas. Socialistas de toda la vida que en esa comunidad cuentan en las redes sociales que no votarán una lista encabezada por la golpista ni ‘jartos’ de vino. Tras los recortes en sanidad y educación, y el cabreo generalizado por sus continuos desprecios a Andalucía durante años para mirar a Ferraz, pasando olímpicamente de sus deberes, ni te cuento ahora cómo está el patio andaluz. Afilando navajas a la espera de las urnas. Ya no falta tanto.

Origen: Susana Díaz fija líneas rojas a su lealtad a Pedro Sánchez y continúa su guerra personal

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