Un grupo de unas veinte personas subieron a la tercera planta del edificio de UGT en A Coruña con la cara descubierta y allí preguntaron por Luis Baneira, secretario de la Federación de Servicios Públicos del sindicato, que en ese momento se encontraba hablando por teléfono.
Se pusieron unas capuchas y le arrojaron a la cara una bolsa que contenía basura y un líquido, que algunos interpretaron como ácido y otros como amoníaco por el fuerte olor que desprendía. Comenzaron a insultarlo y a decirle que era “un vendido” y llenaron toda la planta de basura, al tiempo que los que se habían quedado en la escalera echaban petardos y un olor nauseabundo inundaba la planta. Se fueron golpeando la cristalera de los despachos y desaparecieron.
Los hechos sucedieron en torno a las diez y cuarto de la mañana del jueves 5 de mayo. Cespa, la concesionaria del servicio de limpieza municipal de A Coruña, negó cualquier conexión con lo sucedido y condenó la agresión.