Las cajas gallegas Caixa Galicia y Caixanova dieron ayer el paso final para fusionarse, logrando el apoyo masivo de sus asambleas (el 95,7% votó que sí a la fusión). Dará servicio a 3,1 millones de clientes y tendrá un volumen de negocio de 108.000 millones.
En contra estuvieron los sindicatos CIG y UGT, que ya se habían manifestado con anterioridad mostrando su rechazo.
En total, hubo 3 votos negativos en Caixa Galicia y 5 en Caixanova, donde a los sindicatos se sumó el representante del concejo de Cangas (un independiente). En esta entidad se contabilizaron además 4 abstenciones, todas de miembros vinculados al BNG en los ayuntamientos de Vigo y Moaña, y de la Diputación de Ourense. El resto, 273 de un total de 285 presentes sumando las juntas de A Coruña y de Vigo, dieron el visto bueno a la operación.
Atrás queda un año de negociaciones. El gobierno de la Xunta inmediatamente lo calificó de «día histórico».
Los responsables de las cajas volvieron a incidir en los aspectos favorables de la fusión: el incremento de plantilla y de volumen de negocio, y la expansión de esta marca por toda España.
La nueva junta resultante constará de 320 miembros.
