
Cada día tengo más claro que el refrán español que dice «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces» se puede aplicar al sanchismo. De acuerdo que las urnas le han blanqueado para hacer lo que quiera, pero la economía lo va a enterrar.
Nos explicaba que, con el 1,9 % de tasa general y un 5,9 % de subyacente, la inflación había acabado. Un mes después estamos al 2,3 % y 6,2 % respectivamente.
Nos anuncian un PIB que en el segundo trimestre crece un 0,4 % –a pesar de que el turismo va lanzado– cuando en el mismo periodo del año pasado lo hicimos un 2,6 % y que en el mejor de los casos quedaremos en un 1,7 %, muy lejos de las expectativas del Gobierno y del Banco de España.
Aparece la EPA y nos da 21 millones de ocupados. Descubrimos que entre los ocupados hay 1.675.000 que trabajan cero horas y, en total, tenemos 3 millones que trabajan menos de media jornada al trimestre y que están en una situación de empleo precario. Además de esto resulta que los precarios han subido un 35 % sobre 2019, mientras que el total de ocupación solo sube un 6 %.
Y llega la Agencia Tributaria, que hasta ahora solo daba alegrías, y nos la lía. Resulta que, por primera vez desde 2020, la recaudación total en junio de 2023 sobre junio de 2022 no solo no crece, como el mes pasado, sino que cae un 0,7 % la recaudación total.
¿Alguien ha oído a alguien del Gobierno decir que ha caído la recaudación? Ni por casualidad, no vaya a ser que el que está de vacaciones en La Mareta agarre el Falcon venga a Madrid y despida al que cuente malas noticias.
Pues sí, le recaudación en junio, de forma inesperada para el Gobierno que decía que la economía va como una moto, decrece. Pero no es en absoluto una sorpresa para los que decimos que va al ralentí y ahora lo veremos, no sin antes decirles que los grandes culpables de que esto haya pasado han sido los empresarios, porque sus beneficios se están yendo a pastar, y los hogares, que como no llega para consumir todo lo que se necesita pues compran menos y se recauda menos IVA.
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Esto pasa porque los empresarios están ya notando las dificultades para conseguir financiación y la que consiguen es a precios que son difíciles de sacar rentabilidad. Han tenido que afrontar subidas del salario mínimo desproporcionadas. Están viendo que, para parar la inflación hay que subir tipos de interés, que enfría la economía y hace difícil endeudarse. Han tenido que asumir bajadas de márgenes con la inflación que les hace cada día más complicado generar beneficios y han tenido que oír del Gobierno que, gracias a la inflación, los empresarios se están forrando. Pero como la realidad es tozuda, sus beneficios empresariales se están hundiendo y, como consecuencia, la recaudación por el impuesto de sociedades se está esfumando.
Las economías domésticas han sufrido un ataque del Gobierno en la recaudación del IRPF porque no le ha dado la gana de deflactar las bases de recaudación. Los precios de los alimentos han subido por encima del 30 % y los salarios no han llegado al 8 % en el mismo período. No está llegando a final de mes y reducen su consumo, que va directamente a menos recaudación de IVA.
En el mes de junio, el IRPF solo sube un 2,4 %, lo que demuestra que la economía y el empleo se están parando y están recaudando la inflación media. El Impuesto de sociedades cae un 13,5 % y continúa su senda del año.
Todos los impuestos directos crecen un 2,9 % que, en definitiva, son solo 128 millones más de ingresos; mientras que el IVA se pega otro bofetón, pero esta vez mucho mayor que el que se pegó en mayo, del 10,6 %.
Por lo tanto, los impuestos indirectos bajan un 4 %, lo que hace que los ingresos totales se queden, por primera vez en mucho tiempo, en negativo, con una bajada total del 0,7 %.
Si miramos lo que se lleva acumulado en el primer semestre, todavía la recaudación está en positivo, el IRPF crece un 11,1 % y sigue dejando a mitad de año, el bolsillo de los trabajadores temblando.
El impuesto de sociedades está un 48,5 % por debajo y este Gobierno se olvida que, si los empresarios no ganan dinero a corto plazo, a medio plazo cierran. Si cierran pierde el empresario, pierden los trabajadores, pierde la economía, pero la que más pierde es la Administración Pública, que ingresa menos por IRPF, por Impuesto de Sociedades, menos por el IVA sobre el valor agregado del negocio y menos por el IVA de los trabajadores en paro.
Así, los Impuestos Directos crecen un 4,9 %, mientras que los Indirectos solo lo hacen un 2, 9%. La recaudación completa que llega a 111.043 millones crece un 3,8 % sobre el mayor registro de la historia de la recaudación.
La recaudación ha caído, ¿están ustedes seguros de que España va como una moto?
Fte: El Debate