Algunos se tomaban poco en serio todas las predicciones que yo hice en base a modelización matemática entre febrero y marzo. Pero vean ahora la situación:
(1) Predije el colapso de la sanidad: asistencia primaria se ha hundido, cada vez más hospitales no pueden hacer operaciones no urgentes, la saturación de hospitales es ya un hecho y no hay camas libres. Los médicos de los hospitales describen caos y «escenas dantescas».
(2) Predije que habría dos factores que incrementarían la exponencialidad de la pandemia: la apertura de establecimientos hosteleros y la enseñanza presencial. El primer factor trajo un crecimiento exponencial a partir de finales de agosto y el segundo un crecimiento exponencial a las pocas semanas de comenzar las clases (crecimiento actual).
(3) Predije que la nefasta gestión de la pandemia hundiría la economía y eso es lo que se ha hecho, aunque las peores consecuencias están por verse.
He aquí la tormenta perfecta que supondrá un tsunami devastador y un colapso total que se iniciará entre el 1 y 2 de noviembre. Algunos comienzan a temer que lo que yo digo sea cierto. Otros sabemos que ya nada puede detener el colapso.
Provincia de Oviedo en El Comercio