Pese a las contradictorias informaciones, el ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, podría iniciar su anunciada vuelta a la carretera el próximo sábado día 26 en la localidad valenciana de Xirivella, como preludio a la campaña intensísima que deberá desarrollar en cuanto por fin la gestora golpista convoque primarias. El dimitido líder socialista ha recibido la invitación de esta agrupación local y, según explican dirigentes cercanos a él, todo apunta a que aceptará. De hecho, ya se está preparando el formato del acto pues se quiere huir de típico mitin y apostar por un acto más cercano a los militantes con una mesa redonda en la que el protagonista no sea solo Pedro Sánchez.
La elección de Xirivella, un municipio limítrofe a Valencia, genera expectación porque el líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, fue uno de los barones que forzó su salida en contra del criterio de muchos dirigentes valencianos. En las dos convocatorias del Comité Federal, la federación valenciana llegó dividida. Puig, que esta semana pronosticaba «nuevos liderazgos» en el partido, siempre se ha mostrado más cercano a Susana Díaz y muy contrario a los postulados del ex secretario general. Los barones para defender sus propios intereses y beneficios siempre se han mostrado unidos como una piña, y muy poco leales al secretario general de los socialistas, por no decir abiertamente desleales. Hicieron labor de zapa a Sánchez en los dos últimos años cada dos por tres, incluso incrementaron sus esfuerzos por derribarlo de forma muy deliberada en las pasadas elecciones vascas y gallegas. Puig, Page, Vara, Lambán, Fernández, el recién dimitido secretario general de Canarias, y por supuesto la lideresa de todos ellos y maestra en campañas soterradas de derribo de competidores, más de medio centenar solo en Andalucía: Susana Díaz.
Sánchez mantiene apoyos en la Comunidad, sobre todo de las bases, pero algunos de los que se rebelaron en contra de la abstención han optado por salvar su propio trasero y marcar distancias con el ex secretario general, aunque a largo plazo puede que se lleven una sorpresa desgradable, porque a lo mejor se han precipitado al traicionar a los votantes y afiliados socialista. El efecto rebote llegaría a ser bestial. Y desde luego Pedro Sánchez concita muchos más apoyos en toda España de lo que jamás supusieron los barones y Felipe González cuando dieron el golpe de Ferraz el pasado 1 de octubre.
Origen: ELMUNDO