
Una ingente campaña de publicidad en los principales medios de prensa escrita nacionales. Esta ha sido la forma en la que el departamento de comunicación de Ence ha defendido la concesión que el gobierno en funciones de Mariano Rajoy ha otorgado a la empresa energética en Pontevedra y que ha derivado en la designación del mismísimo Presidente del Gobierno en persona non grata en su propia ciudad natal. En un anuncio en los principales medios de comunicación, la empresa pide que “no se juegue políticamente con una fábrica que genera miles de puestos de trabajo y cumple rigurosamente la normativa ambiental”.
La noticia de la designación de Mariano Rajoy como persona non grata en su ciudad natal tiene más de un trasfondo meramente político. Las razones, según, diversos medios de comunicación que recogieron el pleno en el que el Presidente fue repudiado de su propia ciudad, es que A Rajoy se le culpa de la prórroga que su Gobierno en funciones concedió a Ence, lo que permitirá a la empresa seguir 60 años más en su actual ubicación. Esta concesión se habría producido dos años antes de que expirase la dicha concesión, lo que se habría entendido como un “favor” del presidente a la empresa.
Ante la polémica, el departamento de comunicación de Ence, dirigido por Luis Carlos Martínez, ha hecho toda una ofensiva en medios de comunicación, especialmente prensa escrita, donde la empresa ha publicado un anuncio a una página posicionándose sobre la polémica. “La Autorización Ambiental Integrada de dicha fábrica fue renovada por el bipartito PSOE-BNG en 2008, dado que la factoría cumple al 100% la legislación ambiental europea, española y gallega”, estas son algunas de las afirmaciones que recoge el anuncio de Ence en los periódicos. Este anuncio reproduce la nota de prensa que desde el departamento de comunicación de Ence han emitido a los medios, y que parece no haber tenido la repercusión esperada por el equipo de Luis Carlos Martínez. Así que la solución ha sido tirar de billetera y colocar el comunicado en forma de anuncio en los principales diarios nacionales.
Los votos de BNG, PSOE y Marea han sido suficientes para aprobar por amplia mayoría la propuesta que defendían los socialistas y la plataforma ciudadana. De rebote, Ence se ha visto afectada por esta decisión y ha pone en una situación comprometida a la antigua empresa pública dedicada a la producción de pasta de papel –pasta de celulosa- de sus fábricas de Pontevedra (Galicia) y Navia (Asturias).
El director de comunicación de Ence, y del que recae la responsabilidad de esta acción de comunicación en medio de la crisis, Luis Carlos Martínez, tiene competencia directa en la gerencia de comunicación de la empresa y de las Relaciones Institucionales. Anteriormente ocupó diversos cargos en Iberdrola, entre los que destacan la dirección de de la Fundación Iberdrola y director de comunicación estratégica desde 1986 hasta 2011.
Entre los años 50 del pasado siglo y hasta su salida a Bolsa en 1990 Ence fue una compañía de carácter público y vinculada al antiguo Instituto Nacional de Industria (INI). Se denominaba Empresa Nacional de Celulosa. Cambia su nombre a Grupo Ence tras su salida a bolsa en 1990. Se privatizó primero el 49%, y en 2001 el 51% restante.
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Nota de prensa de Greenpeace
ENCE: 60 años más de contaminación en la Ría de Pontevedra

El entonces Ministro de Medio Ambiente Arias Cañete solo necesitó un año de Gobierno para tumbar la Ley de Costas. Fue en 2013. Y en Greenpeace denunciábamos que la nueva ley no respondía más que al interés de resolver los negociados de unos cuantos amigos del Ejecutivo del PP. Y así, tres años después de que se rematase la Ley de Costas, un informe ambiental -que nadie ha visto- prorroga la concesión a ENCE del año 2018 hasta el 2073. El Gobierno en funciones tenía prisa por dejar el negociado cerrado. En 2013, Greenpeace escalaba el frontispicio del Congreso de los Diputados para denunciar que el “PP vende nuestra Costa”. Y así ha sido.
La Ley de Costas mágicamente contempla moratorias de hasta 75 años para industrias asentadas en dominio público marítimo-terrestre, como es el caso de ‘celulosas’. Se ve que no hemos aprendido nada y, para que el IBEX no se hunda, tenemos que saltarnos las sentencias judiciales, elaborar leyes y reglamentos para unos cuantos empresarios y en aras del glorioso empleo a toda costa. Mientras, nadie cuantifica cuánto cuestan las enfermedades que golpean a quienes viven en el entorno de Lourizan y cuántos empleos se pierden día a día en la ría por falta de calidad de sus aguas para el marisqueo. En aras del empleo hay que abrir Garoña, realizar prospecciones en el Mediterráneo, y permitir que los montes sean explotados. En aras del empleo, el último rodillo de la legislatura acaba de pasar por Pontevedra.
El gobierno en funciones se despide y con él lo poco que quedaba de esperanza en la ría. ENCE se queda hasta 2073.