En mi etapa de orientadora esa frase sobrevolaba la mayoría de las entrevistas que realizaba. Ahora, hoy por hoy, esa frase es de lo más habitual no sólo en mi vida sino en la vida de muchas personas. Estar en desempleo genera una espiral de pensamientos negativos, confusos y de culpa que son muy difíciles de reconducir. Y esa frase llevaría una coletilla, que es si no has estado en paro más de un año, no sabes lo que se siente. He visto personas de mi entorno sufrir un cambio radical, casi poseídos por el no en sus vidas: los noes externos y los noes internos.
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