La primera función de ópera indignada del mundo, donde incluso intervino el alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, que se enzarzó en una discusión con intercambio de insultos con el responsable de la iluminación. No se puede pedir más por una entrada, incluso si no es precisamente barata.

Ocurrió en la noche del miércoles 28 de septiembre, cuando se representaba en el Auditorio de Galicia (Santiago de Compostela) la ópera El barbero de Sevilla con la música de la Real Philarmonía de Galicia y la participación del coro de la Capela Compostelana que dirige Miro Moreira.

No había un sitio vacante, pero realmente al final del espectáculo nadie se acordaba de proceder a la valoración artística de la producción. Y eso que nunca mejor se representó el aria de Fígaro Largo al factotum della città – «Abrid paso al factótum de la ciudad».

La primera escena memorable tuvo lugar cuando los integrantes del coro irrumpieron en el escenario esgrimiendo carteles reivindicativos en favor de la cultura. Sus consignas, las esbozadas por los 15M en tantas plazas a lo largo y ancho de España. Claro que era la primera vez que los Indignados llegaban a la ópera, y lo hicieron por la puerta grande, en medio del escenario.

Fue entonces cuando el alcalde de Santiago, ferviente detractor del movimiento indignado, se consideró él mismo ídem por lo sucedido.

Y ahí llegó la traca final, ya entre bambalinas. Una lástima que la mayoría de espectadores se perdieran al regidor enzarzado tras el cierre del telón con el responsable de la iluminación. La disputa no pasó de palabras, pero qué palabras, señor.

El incidente pudiera haber sido más jugoso, con roces físicos incluidos, pero precisamente para evitarlo los acompañantes del alcalde lo apartaron y lo subieron a un coche.

Más prudente, el conselleiro de Cultura Roberto Varela, que salía con él, evitó verse implicado y se marchó.

El alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, pidió luego disculpas, añadiendo que se sintió molesto: «El Auditorio no está para que se cuelguen mensajes de los indignados».

Los compostelanos pudieron disfrutar así de una función de ópera interactiva, con reality show incluido, al estilo de los ‘Acorralados’ de Asturias, única entre un millón.