El temporal de mar que impidió faenar a la flota de bajura de la comarca se ha dejado sentir de nuevo en las instalaciones portuarias de Luarca, donde aún son visibles los daños ocasionados por los temporales del pasado invierno.
Esta vez, el impacto del oleaje no ha sido severo, pero ha arrancado unos treinta metros de la barandilla que protege uno de los laterales del espigón del muelle nuevo.
La estructura, que ha quedado suspendida sobre el mar, se encuentra frente a la que fue la entrada del siniestrado Museo del Calamar Gigante de Luarca, cuyo esqueleto continúa a la espera de una decisión sobre su reconstrucción.
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