Por Pepe Reig Cruañes.

Queridos barones y baronesa,

Debo felicitaros calurosamente. Habéis conseguido dañar seriamente, el mejor instrumento que han tenido últimamente las clases populares de este país para ganar derechos y reequilibrar mínimamente las profundas desigualdades de nuestro sistema económico. En efecto, frente a enormes dificultades objetivas y pese a sus propias inconsistencias y graves renuncias, el PSOE ha sido el agente de la mayor parte de los cambios sociales de progreso. A partir de ahora lo tendrá aún más difícil, gracias a vuestro golpe palaciego de hace unos días. Quizá penséis que era necesario para apartar a Pedro Sánchez, pero lo que habéis roto es la autonomía del proyecto socialista, y con ello habéis puesto al PSOE a los pies del poder.

No os conozco personalmente y no sé qué vínculos os ligan a eso que se llama el stablishment, pero tengo derecho a pensar que alguna vinculación, confesable o no, os ha llevado a sacrificar la autonomía del PSOE, justo cuando estaba a punto de demostrar que era capaz de resistir a la masiva y antidemocrática presión de los poderes públicos, las elites económicas y los medios de comunicación que les rinden pleitesía.

Si Pedro Sánchez llega a salir vivo de ese acto de firmeza e independencia que era el “NO es NO”, se habría convertido en el referente y la esperanza de la buena de gente de izquierdas, de los eternos perdedores de la crisis, el recorte de derechos y la corrupción.  Habría sido, junto a portugueses, griegos e italianos, un aviso a la Europa de la austeridad y el populismo. Ese “No” era el de la gente que había dado curso a la ola de cambio de hace un año. La misma gente que habría apoyado con entusiasmo el intento de formar un gobierno alternativo al de la vergüenza, que ahora vosotros queréis facilitar. Os pudo el vértigo, porque no conectáis con esa ciudadanía indignada, sino con vuestra propia inercia conservadora.

Esa inercia fue el motor del golpe interno que montasteis para evitar un gobierno de progreso. Ese fue el motor, pero la hoja de ruta fue vuestra ceguera: no visteis que esa lógica vuestra hace tiempo que suena a vieja en un partido que elige en primarias a sus líderes. No visteis que a nuestra izquierda ya no está un pequeño partido comunista con sus múltiples disfraces, sino una organización potente a la que teméis, pero a la que acabáis de cederle encantados el espacio de la izquierda. No visteis que la gente ya no se informa a través de los medios convencionales, sino a través de unas redes que ni conocéis ni controláis.  Inercia y ceguera es vuestro capital.

Ese golpe palaciego y trasnochado, al que os empujaron los poderes fácticos, no os va a abrir ninguna puerta y os ha cerrado ya varias. Ahora daréis el espectáculo de la lastimosa abstención ante Rajoy, justo cuando los tribunales terminan de dibujar su indignidad. Y rogaréis que Rajoy os la acepte con las condiciones que quiera, porque os habéis cargado al único líder que aún podía llevarnos a elecciones sin avergonzarse ni avergonzarnos.

Habéis actuado como viejos apparatchik y habéis anulado la única oportunidad de reconectar a este partido con el impulso y la necesidad de cambio de la ciudadanía. Una reconexión que exige siempre valor como ya sabía Felipe González, cuando planteó aquella imposible moción de censura a Suárez. Como también sabía Zapatero cuando se puso al frente del “No a la guerra”. Aunque ambos parezcan hoy haber olvidado algo esencial. Algo que no olvidaba el viejo Pablo Iglesias: que el socialismo o es autónomo o no es nada. Vuestro golpe liquida esa autonomía y nos aboca a la nada.

Afrontad ahora el efecto de vuestra acción irresponsable. Reconoced que si habéis triunfado en deshaceros del secretario general, habéis fracasado ya en todo lo demás: ni siquiera sabéis qué haréis con vuestro voto para consagrar al presidente más corrupto e incompetente de la democracia. Ni qué otras prendas habréis de entregar, ni qué cara pondríais en unas elecciones, ni siquiera tenéis candidato que se atreva a torear el desastre que habéis propiciado.

Habéis destruido una esperanza para caer en el ridículo y sois incapaces de ver cómo os condena la militancia y os desprecia el electorado progresista. Agrupaciones, Comités y Grupos municipales, os han señalado. Los y las militantes individuales han estampado 70.000 firmas, os han gritado a la cara que la autonomía del proyecto socialista no está, no puede estar en venta.

Os felicito, barones y baronesa de mi partido. Le habéis hecho el trabajo a alguien y ese alguien no es precisamente de los nuestros.