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El ministro de Fomento, José Blanco, parece que trata de arreglar las cosas con la Xunta de Galicia después de su ‘arranque’ en la reciente inauguración de dos tramos de la Autovía del Cantábrico en Lugo. Para ello nada mejor que anunciar una licitación «extraordinaria» (y tan extraordinaria, por lo poco frecuente) para 2011 de 6.000 millones de euros.
Si realmente se concretan estos millones, la intención de Blanco es destinarlos al AVE a Galicia, el mismo sobre el que el ministro pidió hace pocos días a la Xunta que no se metieran con Portugal por desviar fondos porque no era asunto suyo.
Rectificar es de sabios, y ahora el ministro quiere «blindar» el trayecto para no recibir más protestas de la tierra que lo vio nacer. Y por lo mismo ha recordado que tamaña cantidad de dinero duplica lo previsto en el Pacto do Obradoiro (aunque tampoco era exactamente esto lo previsto en dicho pacto, pero en fin, pelas son pelas, que dirían los catalanes). Blanco ha incluso mejorado la oferta del AVE asegurando que se «hará de golpe». Lo de ‘golpe’ puede llevar a malentendidos, confiamos en haber comprendido bien estas declaraciones: el ministro quiere decir que la obra se hará rapidito, sin sobresaltos, suspensiones, aplazamientos, ni demás zarandajas, a las que por desgracia estamos ya acostumbrados.
En declaraciones a la Cadena Ser, Blanco ha asegurado que 2011 «será un año recordado en toda Galicia» con obras que se realizarán -y que no están contempladas en los Presupuestos Generales del Estado- en el próximo ejercicio como la circunvalación de Santiago en la AP-9, el puente de Rande y el plan extraordinario que afecta a la autovía entre Guntín y Ourense, así como a la llamada autovía alternativa entre Vigo y Pontevedra.
Blanco se ha metido por último con el líder de los populares, Mariano Rajoy, en la entrevista (no sabemos a qué cuento, salvo porque el Pisuerga pasa por Valladolid, quizá, y le ve las orejas al lobo). A continuación ha seguido con su juego habitual de ‘y yo más’: «Yo he ejecutado más en un año que el Gobierno del Partido Popular en cuatro, en la última legislatura de Mariano Rajoy», ha remarcado el ministro.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tampoco se ha librado de la vena irónica del ministro: por «ir dejándole chinitas por el camino» en referencia al envío de cartas del líder del Ejecutivo gallego al alto mando de la UE y Portugal, requiriendo trasvasar los fondos del AVE Lisboa-Madrid a la línea de Oporto-Vigo.
«A Feijóo se le queda pequeña Galicia, y ahora quiere gobernar Portugal», ha recriminado Blanco, al tiempo que lo ha acusado de una actitud «poco seria e irresponsable». El ministro en cambio no ha respondido a las críticas de muchas partes de España que lo acusan a él mismo de dicha actitud al anular todos los proyectos de infraestructuras clave para el país que ha podido, y aplazar o dejar en suspenso ‘sine die’ los demás. Si eso es responsable, que baje Dios y lo vea.
Real Decreto del Carbón En lo referente a la aprobación del real decreto del carbón, José Blanco ha insistido en que el Ministerio de Industria le ha asegurado que «en ningún caso se va a cerrar ninguna central térmica en Galicia».
«Lo que hace falta es garantizar el empleo, pero, a su vez, tenemos que hacer compatibles muchas cosas, no podemos contradecirnos en materia de energía», ha resaltado el ministro gallego. En esta redacción aún estamos luchando por descifrar el criptograma que debe esconder la frase anterior, en cuanto lo consigamos no tengan duda nuestros lectores de que se lo retransmitiremos sin tardar.
Como decía el genial Pedro Muñoz Seca en ‘Don Mendo’, así se le podría replicar al ministro: «Siempre fuisteis enigmático y epigramático y ático y gramático y simbólico, y aunque os escucho flemático sabed que a mí lo hiperbólico no me resulta simpático. Habladme claro, Marqués, que en esta cárcel sombría cualquier claridad de día consuelo y alivio es».
