Los políticos a empujones

OPINIÓN

 

La política del empujón

sábado, 07 diciembre 2013, por  Galicia Bilingüe

 

Cuando algún alumno de bachillerato me dice que no se siente inclinado hacia profesión alguna, me quedo perpleja. A su edad, mi problema era el contrario, me atraían tantas, que me enfrentaba a la certeza de que la inevitable elección apartaría de mi vida muchas actividades que me entusiasmaban. Me gustaba la enseñanza, pero también quería ser periodista, abogada, arqueóloga, veterinaria, detective e incluso publicista. No sabía que años más tarde presidiría una asociación que iba a servirme de cauce para participar de todas esas actividades de manera amateur. Estaréis pensando que debería haber eliminado la arqueología  de la lista, pero si pensáis en algún que otro personaje de esos que «adoran» a GB, convendréis conmigo en que a veces tengo que sentirme como si estuviese haciendo prácticas en Atapuerca.
El único camino que me alegro de no haber tomado es el de la publicidad y el marketing. Sigue pareciéndome muy atractivo todo lo que se refiere a la comunicación y a las estrategias para llegar a la gente, pero ya sólo en la teoría, la práctica ha perdido para mí su atractivo después de ver cómo nuestros políticos usan y abusan de estas cosas para enmascarar su incapacidad, o simplemente para engañarnos. Ahí tenemos a Feijóo, en perpetua campaña de imagen desde que llegó a la Xunta, vendiendo proyectos en la prensa nacional como si fuesen logros, dando la vuelta a las cifras, mintiendo sobre sus incumplimientos, dedicando más tiempo a venderse a sí mismo que a trabajar por la gente. Cada vez soporto menos las frasecitas pre-cocinadas que los líderes de los partidos sueltan en el momento acordado para que nos las administren en el telediario; me crispan los eufemismos, me crispa que nos tomen el pelo, que den por hecho que nos podemos tragar un sapo si nos lo envuelven en celofán.
En las últimas semanas he oído y leído a personajes de los dos grandes partidos dejar caer que sería deseable un pacto entre PP y PSOE, un pacto, entre otras cosas, para cambiar la Constitución a su aire, sin contar con nosotros, que de esas cosas no sabemos. Es una cantinela que ha ido sonando últimamente hasta convertirse en canción, algo así como los leitmotiv que usan los publicistas en campañas de largo recorrido.
Se veía venir. Los vaticinios de batacazo en las urnas amenazan con ponerle fin a la fiesta de la que disfrutan en su castillo de poder y privilegios. Como en el relato de Poe, la peste entra en  palacio y contagia a los nobles con la misma plaga que asola al populacho.
Al tiempo que se unen para ser mas fuertes, intentan eliminar a cualquiera que asome como posible competidor. Ya no se trata de fabricar un producto mejor, ni de venderlo en un envase más atractivo, se trata  directamente de cargarse a la competencia. A Rosa Díez, menos meterle polonio en el desayuno, le han hecho de todo. A Albert Rivera aún no le han mandado un cañonazo, pero lo harán, y si no lo hacen, habrá que preocuparse. A Mario Conde, y eso que no suponía una amenaza tan seria, le despertaron un embargo dormido durante diez años, casualmente una semana antes de las elecciones gallegas. Santiago Abascal dejó el PP hace unos días y quería hacerlo con modales de caballero español, pero anteayer  no tuvo más remedio que desahogarse diciendo que si en el PP no querían ir a la concentración contra la derogación de la doctrina Parot que su fundación había convocado en Madrid, que no fueran, pero que, al menos, no molestaran. Ya imagino cómo habrán movido los hilos desde Génova 13 para que el acto no fuera un éxito.
Ayer tarde Jose entró en la sala con una sonrisa divertida «esta mañana dos matones a las órdenes del PP desplazaron a Vidal Quadras a empujones para apartarlo de la cabecera de la manifestación en Barcelona». Jose no solo sonreía por lo grotesco de la escena, sino porque sabía que iba a traerme a la memoria lo que me sucedió a mí cuando hice una crónica para este blog desde un mitin del PP y un cachimán del partido se «encargó de mí». Entré en internet para ampliar la noticia del suceso cutrelux de la semana y encontré algo positivo en la noticia. Vidal Quadras, que posiblemente cree un nuevo partido junto a Abascal, fue acogido y defendido por miembros de Ciudadanos. Buena señal. Espero, deseo, y cruzo los dedos para que surjan partidos con una idea clara de país, y de lo que es una democracia como la que propugnaba Mandela, un sistema que no sea sólo una cáscara de democracia. Espero que cubran el arco ideológico democrático para que la mayoría de españoles podamos encontrar nuestra opción. Y que sea ya porque esto apesta. A este paso, los que nos enfrentaos al poder no sólo habremos de saber de leyes, Historia o comunicación, como sigamos así, también tendremos que hacer un cursillo de kárate.
Publicado por Gloria Lago

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