Vigilancia a alto nivel y presión policial elevada. No es una manifestación, ni una barricada minera. Se trata del próximo partido entre Sevilla y Gijón en esta última ciudad.

La delegación de gobierno ha reconocido que el dispositivo que se prepara para el encuentro de fútbol será mucho más elaborado que lo habitual en un evento deportivo de estas características.

En la mente de todos está la última visita del Sevilla a la ciudad costera asturiana el pasado mes de diciembre. Treinta y un aficionados tuvieron que ser detenidos y hubo heridos de diverso grado. Durante más de una hora el barrio de La Arena fue la escena más parecida a un combate entre hinchas sevillanos radicales y sus homólogos asturianos. La lucha se extendió al parque de Isabel la Católica. Los destrozos fueron además abundantes. Llegó a hablarse de que hubiera existido una cita previa a través de la red, para verse las caras.

La comisión antiviolencia ha declarado esta nueva visita del Sevilla a Gijón como partido de alto riesgo, ante la amenaza evidente de que los incidentes puedan volver a producirse. La delegación del gobierno está emitiendo mensajes de advertencia para evitarlo, «presión policial máxima», lo que traducido significa que para los hinchas violentos habrá consecuencias desagradables.

De esta forma se espera poder desanimar a los extremados.