Sánchez quiere que Feijóo vaya a la investidura fallida para derrotarle de nuevo. El PP insiste en ir sabiendo que no le dan los números. Criticaron la moción de Vox porque no le daban los números. No entiendo que Feijóo se quiera someter a un escenario donde Sánchez, con el control de numerosos medios, va a humillarle.

Comparan en el PP la situación de Arrimadas en el Parlament con la de Feijóo en el Congreso. No tiene nada que ver. La líder de Ciudadanos ganó contra todo pronóstico y hubiese sido simbólico exhibir que el constitucionalismo había ganado aquellas elecciones en territorio hostil y que había esperanza y un modelo alternativo en Cataluña al de la ruptura. Inés había sido la ganadora no solo en votos, sino también moral. Tenía el apoyo del PP también.

Ahora Feijóo no cuenta ni con el apoyo garantizado de Vox tras sus nuevos menosprecios. Ganó en votos, pero no consiguió sumar con todo a favor vendiendo la piel del oso antes de cazarlo y legitimando el discurso contra Vox que movilizó la izquierda. Fracasó en sus expectativas con una campaña 1.0 pésima contra un presidente que estaba en la cuerda floja. Se relajó y Sánchez, con una mejor estrategia de sus asesores, resucitó de entre los muertos.

Ahora éste huele sangre y quiere convertir a Feijóo en una caricatura. Espero que haya algún barón, de los que reniegan de la estrategia de Génova off the record, que le convenza. De la corte del emperador gallego ya no me espero nada.