“Hemos acordado que la vacunación contra el COVID-19 no será obligatoria”, dijo Fiala.

Hasta el momento, el 62,9% de los checos se consideran completamente vacunados, por debajo del promedio de la Unión Europea, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Casi 3,4 millones de personas en la nación de 10,5 millones también han recibido una vacuna de refuerzo.

Fiala dijo que alrededor del 90% de las personas que habrían estado cubiertas por el mandato ya se han vacunado.

La decisión del nuevo gobierno se produjo cuando la República Checa enfrenta un aumento en las infecciones pero un descenso en gravedad por coronavirus, causadas por la variante omicron altamente contagiosa pero similar o menor a una gripe en letalidad.

La tasa de infección de 7 días fue de 950 casos nuevos por cada 100.000 residentes el martes en comparación con los 799 del día anterior.

A pesar de las cifras récord, el número de pacientes con COVID-19 en hospitales se redujo a 1.635 el martes y solo 252 necesitaron cuidados intensivos.