07/05/2017.
La resurrección de Pedro Sánchez no ha sido tanto por sus méritos al frente del partido (recordemos que estuvo muy torpe a la hora de gestionar la formación de un gobierno encabezado por él mismo y no tuvo la suficiente valentía de enfrentarse al aparato del partido para ser presidente del gobierno con el apoyo de Unidos Podemos cuando tuvo la oportunidad), sino, más bien, por la incapacidad que tiene su oponente, Susana Díaz, de convencer a una militancia socialista harta de que su partido tenga los mismos comportamientos que la derecha más rancia de este país.
Por este motivo y por muchos otros a Sánchez parece que todo le viene de maravilla de cara al próximo día 21. En primer lugar por los “amigos” que su contrincante tiene a su favor. Esas portadas de Susana Díaz en el ABC, los apoyos claros de la prensa del régimen, también de los altos gerifaltes socialistas y sobre todo la simpatía con que Rajoy mira a la sevillana, son armas cargadas de futuro que a Sánchez le han venido como agua de mayo en esta recta final hacia el “Trono de Ferraz”.
La verdad es que no sabemos si este entendimiento entre los dos candidatos se llevará a cabo, pero lo que sí es cierto es que parece que corren malos tiempos para la lideresa andaluza que, además, creyendo que tenía su cortijo andaluz bien controlado, el alcalde de Morón de la Frontera le sale rana a Susana Díaz diciendo públicamente que su apoyo a la Presidenta de la Junta de Andalucía para candidata a la secretaría general del PSOE viene condicionado por la presión y por el hecho de que por aquí, de Despeñaperros para abajo, cualquier carguillo socialista sabe que ir contra Susana es sinónimo de firmar su propia defunción política.
Y encima Unidos Podemos le propone al PSOE una moción de censura a Rajoy y convoca para el 20 de mayo (un día antes de las primarias del PSOE) una concentración para evidenciar que con su abstención la Gestora ha dejado que siga gobernando España el partido más corrupto de toda Europa y que aquello de “gobernar desde la oposición” no es más que una falacia que no se la creían ni ellos mismos.
Lo dicho, Pedro Sánchez no estaba muerto, sino que estaba “de parranda”, recorriendo ciudad tras ciudad y recabando apoyos de la militancia. La verdad es que algunos (yo, entre ellos) ya lo dábamos por muerto, pero la vida te da sorpresas.
Yo personalmente creo que con Sánchez las políticas del PSOE cambiarán muy poco y que, por desgracia, seguirá siendo ese partido de régimen siempre plegado a lo que le dicten los poderes fácticos, pero también tengo claro que con Susana Díaz no habrá atisbo de entendimiento alguno para un posible acuerdo entre los partidos más a la izquierda para desbancar del poder a esta derecha corrupta y después subvertir este régimen que ahoga a los que menos tienen y tener de una vez por todas un gobierno que mire por la gente y no por los amigotes de turno.
No voy a negarlo. Me alegra que Sánchez siga vivo.
