«Más de 250 compañeros/as de 40 agrupaciones y todas las comarcas. Más palabras pedidas que en los últimos 20 Comités Provinciales #Málaga.»

Este es el significativo resumen que hace el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas, del encuentro celebrado ayer jueves 27 de octubre de 2016 en Málaga, con el fin de reunirse libremente al margen del aparato susanista, intercambiar opiniones, y pedir conjuntamente primarias y un congreso extraordinario para volver a tener una Ejecutiva y un partido democrático que les ha sido arrebatado por el golpe de los barones en Ferraz el 1 de octubre.

Algo está despertando en Andalucía y ni el miedo a las represalias del aparato socialista ni el clientelismo es ya capaz de sujetar a los militantes como antes. Son demasiados abusos acumulados. Las bases andaluzas, como las del resto de España, se han hartado en el último mes de contemplar impotentes la destrucción del PSOE a manos de los barones, en particular de la baronesa propia Susana Díaz, que ha sido el principal brazo ejecutor. Díaz ha comprometido la entrega del partido a cambio del perdón y olvido judicial que le garantiza el PP, en casos como el de los cursos de formación (ya medio enterrado) y el de los ERES, que va camino también del panteón. Habrá otras contrapartidas sabrosas para la Gusanesa, empezando por la reforma urgente del modelo de financiación autonómica y la convocatoria de la Conferencia de Presidentes. Rajoy se ha comprometido en el debate de investidura, pero lo cierto es que Rajoy no es ningún modelo de político cumplidor de su palabra, más bien lo contrario. Veremos si todo no deriva en una lucha de caciques y, finalmente, en terceras elecciones. Al fin y al cabo, el juego anda entre gente que no es nada de fiar.

Incluso si Rajoy cumpliera, el problema es lo que la Díaz ha entregado al PP a cambio: el cadáver del legendario PSOE, el partido de los trabajadores, el partido que mejor representa a la España diversa, aún caliente. Y eso no hay socialista de bien que lo resista. Por eso ayer en Málaga la sala se llenó y la indignación desbordaba. Entregar al que ha sido el partido que más y mejor ha logrado aglutinar las distintas sensibilidades de este país y traer mejoras sociales de calado, entregarlo como decimos a cambio de contrapartidas monetarias e indultos judiciales bajo cuerda, y permitir con toda la caradura que la derecha siga abusando del ciudadano medio, mientras se le aprueban al PP los presupuestos y se da luz verde a nuevos recortes y desmanes sociales, es mucho digerir para cualquiera que se considere mínimamente de izquierdas. Que todo el cambalache se realice además a espaldas de la militancia y votantes socialistas, y que se condene a la mayoría de la población que votó en contra a tener gobierno Rajoy hasta 2021, es la gota que colma el vaso.

 

 

El ejercicio de contorsionismo desplegado en el Congreso por el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, fue contestado anoche por los críticos de Málaga en una reunión en la que se sumaron al movimiento liderado por el alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, para exigir un congreso extraordinario y la elección en primarias del secretario general.

Más de 200 personas asistieron al encuentro convocado por un grupo de militantes, promovido por Ignacio López, en el que expresaron su perplejidad por el rumbo del PSOE y el apoyo, mediante abstención, a la investidura de Mariano Rajoy. Empeñados en mantener vivo el espíritu del «no es no», los críticos instaron a recuperar los fundamentos del PSOE en una reunión en la que no ahorraron críticas, unas veladas y otras expresas, ni a la presidenta andaluza, Susana Díaz, ni al secretario provincial, Miguel Ángel Heredia.

El encuentro fue arropado por los históricos pata negradel PSOE de Málaga, desde Carlos Sanjuán y Enrique Linde, al exdelegado del Gobierno andaluz José Luis Marcos, el expresidente de la Diputación José María Ruiz Povedano o el exsecretario de política municipal Luis Reina. La convocatoria fue secundada también por el ex viceconsejero de Cultura José María Rodríguez, Rafael Fuentes, que asumió la portavocía del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga tras la salida de Marisa Bustinduy, y el abogado José Aurelio Aguilar, ex vicesecretario provincial del partido en Málaga, que en 2012 trató sin éxito de promover una candidatura alternativa a la de Miguel Ángel Heredia.

Figuras vinculadas al sindicato UGT y a los movimientos sociales, como Francisco Jurado o Lola Sánchez, junto a representantes de 40 agrupaciones de la provincia se han unido también al movimiento, así como el alcalde de Cártama, Jorge Gallardo.

Aunque gran parte de los veteranos eludieron anoche asumir protagonismo y, a pesar de su gran visibilidad, trataron de permanecer en un segundo plano, mientras los militantes daban suelta a su frustración, Rafael Fuentes reinvidicó la celebración inmediata de un congreso, José María Rodríguez recordó que el PSOE se ha quedado «en 20 días sin discurso, sin estrategia y sin líder» y aludió a la «innombrable que aparece y desaparece», en una clara alusión a Susana Díaz, mientras Luis Reina bajó el discurso al ámbito local para apostillar que Miguel Ángel Heredia en su prolija trayectoria como secretario provincial «lo único que ha hecho ha sido subir a Marisa Bustinduy en un globo». «María Gámez -ex portavoz municipal del PSOE en Málaga- lleva cinco meses dimitida y nadie ha dicho nada», recordó.

El peso del discurso de las figuras de referencia lo marcó el abogado Diego Martín Reyes, presidente de la gestora de Marbella tras la disolución del Ayuntamiento, quien destacó la «pérdida de fe, la incoherencia y la traición a las ideas y a la organización» que ha tramado la actual dirección. Instó a «evitar» el «clientelismo» dentro del partido y admitió que se ha llegado a ganar la fidelidad al partido «por el estómago», en un ejercicio de «incoherencia con los principios».

Los asistentes se sumaron a la petición de firmas promovida por el alcalde de Jun para forzar un congreso extraordinario y acordaron dar un paso más allá para crear una estructura mínima que lleve la recogida de apoyos hasta las agrupaciones locales de los pueblos. El objetivo es reunir las 93.720 que necesitan para obligar estatutariamente la celebración de un congreso, a partir del que promover unas elecciones primarias para elegir al secretario general.