Anoche tuve un sueño. Soñé que era diputado en el Congreso de los españoles, ole y ole. Allí me informé bien de cuales eran mis derechos (a ver de dónde saco tiempo para ver mis obligaciones). Como diputados, mis colegas y yo, podemos suspender la actividad parlamentaria y tomarnos de vacaciones la semana anterior a cualquier convocatoria electoral que se celebre en España, enteritos los seven days, ya sea en Andalucía, Cataluña o en Santa Jeta de Arriba (aquí si acaso con más motivo), aunque a mí, como gallego censado, me la bufen los comicios andaluces y no tenga, por tanto, que participar en ellos ni aupar en campaña a ningún niño requetesalao a mis brazos. Vacaciones for all. Así en todas las elecciones, aunque nada ni nadie me obligue a hacerlo. Aquí el refrán es al revés, poder es querer.
El Congreso solo celebra plenos ordinarios en dos períodos:…
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