La Puerta del Sol de Madrid es el epicentro de una concentración a la que asisten centenares de jóvenes desde las 20 horas, los cuales se resisten a irse a casa y reclaman una cambio en la política y en la sociedad.Una veintena de furgones de policías antidisturbios se han desplegado esta tarde en aquel enclave en previsión de posibles incidentes.

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«Esta noche aquí nos quedamos», «Que no, que no, que no nos representan», «Oé, oé, oé lo llaman democracia y no lo es» y «Menos Policía, más educación» son algunas de las consignas. Algunos se preguntan si ésta será una nueva reedición del mayo del 68, adaptado a la circunstancias actuales y actualizado al siglo veintiuno, gracias a las nuevas tecnologías, Internet y las redes sociales. ¿Quedará mayo del 2011 también para la historia?

Surgen las primeras tiendas de campaña junto a la estatua de Carlos III. Al principio hay una decena, pero va creciendo el numero según avanza la noche. Muchos de los manifestantes en toda España, desempleados, tienen previsto aguantar en las concentraciones hasta el mismo día de las elecciones del 22-M, como forma de expresar su desencanto hacia los políticos, las corporaciones y los bancos que han llevado al país, según dicen, a una crisis económica sin fondo y con millones de parados.

La concentración de la madrileña Puerta del Sol ha reunido al menos entre 5.000 y 10.000 personas. Según los  convocantes del movimiento Democracia Real, hasta 25.000 personas.

Según el diario El País, «Sevilla ha acogido en la plaza de la Encarnación un millar de personas que se manifiestan por una “democracia real”. Un centenar se ha concentrado en la plaza del Obradoiro de Santiago, unas 50 en Vigo y una treintena en A Coruña. [En Gijón otro centenar]. En Valencia eran unos 300. “Otro mayo es posible”, se leía en un cartel; “Centrados en tu cartera”, en otro adornado con las gaviotas características del PP. En Alicante 150 personas se concentraron ante la subdelegación del Gobierno; dicen que se irán turnando en grupos de 19 hasta el día de las elecciones. “Esto es una protesta pacífica y no un botellón”, dicen sus portavoces. En Bilbao, hay 300 manifestantes en la plaza Arriaga, donde han leído un manifiesto de solidaridad con los desalojados de la Puerta de Sol. En Barcelona hay unas 200 personas. Unas 300 personas protestan en Zaragoza. En Palma de Mallorca, 40 jóvenes hacen una sentada en la plaza de España, con la intención de permanecer hasta el 22-M. Una decena de activistas pasará la noche al raso. En Málaga una veintena de personas pensaba quedarse a dormir tras la protesta y en Granada se han concentrado unas 200 personas».

Y así sucesivamente: el movimiento social iniciado el domingo avanza y se extiende hora a hora, y día a día.

El origen de esta convocatoria es una manifestación celebrada el pasado domingo por el centro de Madrid en demanda de ‘Democracia Real Ya’, a cuyo término se registraron algunos incidentes, que ocasionaron diecinueve detenidos y varios heridos de escasa consideración.

El movimiento ciudadano de protesta que hay en España está inquietando a los partidos con más presencia en internet, sobre todo al PSOE y a IU, mientras el PP, más callado en las redes sociales, ve como llueven las críticas hacia su líder, Mariano Rajoy, por decir con poco sentido de la oportunidad que «lo fácil» es descalificar a los políticos.

La izquierda ha tratado de mostrarse comprensiva, solidaria e incluso partícipe de esta corriente, pero los participantes en las manifestaciones siguen sin querer saber nada de las formaciones políticas, particularmente de las que integran el bipartidismo dominante en el gobierno (PPSOE, lo llaman, para indicar que el PSOE y el PP son harina del mismo costal). Acusan de oportunismo a los partidos políticos e insisten en que, por el momento, no piensan dar su apoyo a ninguno.

Los colectivos integrados en el movimiento pacífico «Democracia real ya» continúan con las protestas en una treintena de ciudades, mientras esta tarde el juez ha puesto en libertad a dieciocho de los detenidos en los incidentes que tuvieron lugar tras la manifestación del pasado 15 de mayo en Madrid.

Se trata un movimiento heterogéneo, formado por colectivos que reúnen a grupos de lo más diverso al margen de cualquier ideología o partidismo y que tienen como denominador común su indignación contra la clase política y las grandes corporaciones.

El origen de estas manifestaciones está en la movilización ciudadana a través de las redes sociales, que ha servido para articular el «descontento con los políticos y las instituciones en una situación de crisis y de recortes del Estado del Bienestar, los derechos sociales y los servicios públicos».

Entre las más de doscientas asociaciones que se han unido a la plataforma hay colectivos que reúnen a parados, autónomos, estudiantes, jubilados, asociaciones de vecinos y organizaciones como Ecologistas en Acción, Afectados por la Hipoteca, Intermón-Oxfam o No Les Votes.