Según hemos conocido por nuestra red de informantes en los pasillos de la cafetería del Congreso, el Presidente de Gobierno, Don Mariano el silencios, está barajando un cambio de la indumentaria diputadil para que nuestros más graves representantes públicos comiencen a dar ejemplo del «espíritu patriótico que necesita la marca España para llevarnos en singular singladura» (suponemos que la metáfora marinera viene a cuento de la facilidad con la que los políticos usan este tipo de explicaciones de que rememos todos en la misma dirección, etc., pero sin desvelarnos su idea de fondo, que «donde hay patrón no manda marinero») al colmo de la felicidad, que ocurrirá (lo digan o no los mayas) al final de la legislatura.
Don Mariano pretende que se tomen medidas, en este caso más bien tallas, de los diputados para fabricar a cada curul un traje militar, graduación incluida, de obligado cumplimiento en las tediosas…
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