OPINIÓN

Bien sabido es de su conocidos que una de las estrategias favoritas de Francisco Álvarez-Cascos es apurar al máximo el tiempo (y los nervios de sus adversarios políticos) para salir con una propuesta en el límite del plazo. En este caso sin embargo la jugada podría volverse en su contra, porque como bien dice el dicho «Mientras el gato falta, los ratones corretean».

Y los ratones ya han empezado a sacar las patitas de sus madrigueras. Así, el alcalde de Oviedo y principal enemigo de Cascos hasta las elecciones, Gabino de Lorenzo, se ha visto sospechosamente favorecido por la extraña decisión de los socialistas de que, aunque presentarán a su candidato Javier Fernández como candidato a la Junta General del Principado, se retirarán ‘caballerosamente’ para que el veterano De Lorenzo pueda renovar su alcaldía con toda comodidad, incluso aunque Foro Asturias no le dé su apoyo. Sospechosa es también la dimisión de Paloma Sainz, quien con tal de no aguantar a De Lorenzo un mandato más, incluso estaba dispuesta a apoyar al candidato de Cascos, junto con IU.

Muchos se han aprestado a señalar «¡Vuelve el pacto del Duerno!», la supuesta conjura antinatural entre PSOE y PP que según denunció Cascos lleva muchos años rigiendo los destinos del Principado, merced al reparto de parcelas de poder cual cromos. «Este ayuntamiento para ti, este Parlamento regional para mí», o algo así.

El caso es que Cascos, por muchas vueltas que dé estos días saludando a los partidos de la izquierda y proponiéndoles pactos, por ahí no tiene nada que rascar. A la izquierda se la puede acusar de haber renunciado a casi todos sus principios ideológicos y de hacer política de derechas tranquilamente cuando ya han agotado el dinero de las arcas públicas y la deuda del Estado se dispara (véase el caso Zapatero en España, y encima le ha salido fatal). Incluso se puede sospechar que en Asturias hace pactos subterráneos y muy productivos con los De Lorenzo, Ovidio Sánchez y demás adláteres ‘in secula seculorum’ del Partido Popular.  Lo que nunca harán será pactar de frente con la derecha, se quedarían hasta sin sus votantes más recalcitrantes, esos que votan izquierda o derecha como cuando se posicionan a favor del Barca o del Madrid.

De forma que, por muy bonito que quede el gesto, Cascos debería poner manos a la obra ya y anudar pactos efectivos con el Partido Popular para lograr la máxima parcela de poder posible. A su favor tiene que en poquitos meses son las elecciones generales y que el PP, si no apoya a una fuerza de su misma tendencia política en el Principado, y en cambio deja volver a ganar a la izquierda, puede quedar a la altura del betún -o sea más abajo todavía que en las municipales- en los resultados de los comicios del 2012. Y puede, ya puestos en el terreno de las especulaciones, que esos poquitos votos asturianos que tanto desprecian los partidos mayoritarios en Madrid -PPSOE- sean la clave para que Rajoy disponga de una cómoda mayoría a partir del próximo año, o arriesga el verse sorprendido por Rubalcaba. Así que al PP le viene bien tratar de recuperar un poco la confianza largamente perdida de los asturianos.

Foro Asturias por su parte debería dejarse de gaitas y ‘centrarse’, aunque le robe el lema electoral al PP al hacerlo. De Lorenzo no va a dejar su cargo, así que poner esa condición para negociar es bloquear sus posibilidades a lo tonto. En diez días se decide el destino del mayor ayuntamiento de Asturias, el de Gijón, si logra que lo apoyen los populares. De modo que por esta vez es mejor que Foro entienda que la salida más razonable es la propuesta de los ‘populares’ aturianos de llegar a un acuerdo global que abarque  tanto a la investidura para la Presidencia como a la toma de posesión de los ayuntamientos. Foro y el PP podrían llegar a un acuerdo de ‘gana-gana’ en varios ayuntamientos además del gijonés, como el de Luarca, la patria chica de Cascos. Y pronto, para no dejar a los ratoncitos hacer más de las suyas en la ya agotada despensa regional.

Por: José Antonio Álvarez

Oviedo, 30 de mayo de 2010