Cuando se murió Franco, la gente rezando novenas, a ver qué iba a ser de España sin Caudillo, pero los suyos habían sido tan inútiles que dejaron meterse a los comunistas de CC.OO. en el sindicato vertical en 1973, copando casi todas las representaciones sectoriales. Cuando legalizaron el PCE, había ruido de sables en los cuarteles, pero cuando la Pasionaria presidió la mesa de edad en el Congreso fue una humillación imposible de superar, semejante asesina sentada en Las Cortes. Adolfo Suárez renegó de los principios del Movimiento que le había puesto ahí. Nuestra gloriosa juventud de Fuerza Nueva y Guerrilleros de Cristo Rey, con Blas Piñar, acabarían con ese sindiós, pero era mentira. Un héroe de la Patria, llamado Tejero, se vio traicionado por cobardes como Milans. Felipe y Guerra, hoy santificados, eran demonios masones pagados por Moscú. Aznar dijo que había sido ETA y aún hoy Losantos sigue insinuando (no lo dice porque es otro cobarde) que el PSOE pagó a ETA para que pusiese las bombas. Zapatero fue un zafio gerracivilista que hundió el país y Rajoy un pusilánime que no puso las cosas en su sitio teniendo mayoría absoluta.
Vamos, que España lleva destruyéndose casi 40 años y aquí seguimos, pero ahora con Sánchez, ya si que viene el caos de verdad.
Fte: Calypso en El Confidencial