El precio de hacer justicia
- La investigación de los procesos contra la corrupción más importantes está en manos de instructores cuyo único punto en común es la durísima presión que reciben. Este es su retrato
Pilar de Lara, una magistrada menuda y de maneras suaves, llegó en 2007 al Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo y encontró una causa de la que nadie quería oír hablar. Trataba sobre un cabo de la Guardia Civil que, a cambio de favores bajo las sábanas, ofrecía a prostitutas brasileñas pasar por alto su situación irregular. De Lara, con 37 años entonces, venía de bregar en un juzgado de Mieres con el narcotráfico y casos como el de Trashorras, el exminero responsable de los explosivos del 11-M. Lugo parecía un destino tranquilo, una melancólica capital de provincia con una pertinaz lluvia desdibujando las murallas romanas.
De Lara interrogó a centenares de prostitutas, ordenó…
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