Apuntes de la crisis (V): «Soy más de incrementar ingresos y recortar sólo los gastos que no ahoguen la actividad: me mudo a Islandia»

APUNTES DE LA CRISIS (V)

DESDE LA BARRA

Abril de 2012

El otro día me dio por pensar en los famosos recortes (o ajustes como los llaman los que antes bramaban contra ellos). Y no es que no tenga otra cosa en que emplear el cerebro sino que no se me ocurrió nada mejor en aquel momento de debilidad.

Como ya hemos comentado en esta barra (P.I.B. y demás inventos), el Estado -y todos los entes parecidos: autonomías, ayuntamientos,..- es igualito a una empresa o a una familia, a saber: tiene unos ingresos (mayoritariamente de impuestos y demás sucedáneos) y tiene unos gastos o inversiones que distribuir para satisfacer a las personas que lo conforman. Nótese aquí que volvemos a hablar de Estado y demás como si fuese un ente abstracto que está ahí y que no tiene otro objetivo que fastidiarnos cobrando impuestos y gastándolo JUSTAMENTE donde no queremos (puntería que tienen, oiga). Pues bien, cuando no llega «el parné» puede optar por pedir prestado a terceros con un compromiso de devolución y un pago de peaje en forma de intereses; esto simplemente quiere decir que esperas que lo que te falta ahora lo puedas devolver en el futuro porque te sobre.

Volvamos al ejemplo de las familias, porque es el más entendible. Normalmente se hace un presupuesto en función de los ingresos (nóminas y demás) para ver los gastos a que se puede llegar (hipoteca, luz, gasolina, colegios, teléfono, gimnasio,…), tratando de no sobrepasarse porque puedes incurrir en impagos; en caso que exista un gasto o inversión excepcional (un coche, una lavadora, un viaje,…) se puede pedir prestado sabiendo que entonces debes tener en cuenta que en tus pagos futuros habrá una devolución de ese dinero y unos intereses. ¿A que es fácil…? ¡Pues no!

Las administraciones públicas han generado una serie de gastos comprometidos y repetitivos basándose en unos ingresos «ideales» que se han ido al carajo: las tasas de la construcción, el I.V.A., el I.R.P.F., el Impuesto de Sociedades,… En resumen, todos los ingresos han disminuido de manera drástica. ¿Falta de previsión?, pues en parte sí y en parte no. A toro pasado todo el mundo critica a los gestores de este tinglado y los crucifica pero… ¿por qué nadie lo vio? En mi opinión ahora hay mucho forense, pero de esos ninguno fue curador cuando se necesitaba. La crítica destructiva, el «ya lo sabía yo», «es que los políticos»,… es típico de este país nuestro y, de momento, no tenemos otro. A los políticos no se les puede cargar con toda la culpa y mirar para otro lado porque, entre otras cosas, los elegimos entre todos y son unos más entre nosotros (no son de otro planeta ni viven en una reserva). Es cierto que parte de ellos estarían mejor quietos  que pensando o actuando, ahí les doy la razón.

Pero a lo que íbamos, los recortes/ajustes. Una vez localizado que estamos gastando por encima de lo que ingresamos -déficit, ¿les suena?- y que está chungo que nos dejen más dinero para seguir tapando el agujero (aparte de que el gasto en intereses hace que la bola se vuelva más y más grande), habrá que ver qué hacemos. Y lo peor es que nos lo exigen los mismos que nos prestan para asegurarse que les vamos a devolver la pasta.

Cualquier ser humano se daría cuenta que en la familia se podrían aumentar los ingresos (pidiendo un aumento, poniendo a otra persona a trabajar o atracando un banco) o se pueden reducir los gastos (en vez de gimnasio, a correr por el parque). Si nos fijamos, todas esas soluciones implican un efecto común: mayores incomodidades con respecto a la situación de origen (sobre todo si nos pillan en el atraco).

Pues bien, los políticos se han puesto manos a la obra (ya empezó el anterior gobierno, aunque con titubeos como el Plan E que iba en plan Kamikaze en sentido contrario) y se han disparado todas las luces rojas. Pero, ¿no estábamos ya de acuerdo en que hay que reducir gastos/inversiones porque no se pueden pagar? ¡Ah!, que sí… pero que esos no, que otros. Y ya la tenemos armada: si se reduce en una televisión autonómica, protestan los trabajadores diciendo que eso no se toca; si se reduce en educación haciendo trabajar a los profesores más horas y un poco menos que lo que trabajaban hace treinta años, protestan los profesores; si se reduce en sanidad porque tenemos un sistema de mega-ricos con hospitales a escasos metros de casa, todas las medicinas que queramos y la mejor tecnología en todas las instalaciones, pues protestan… -aquí no lo tengo muy claro- ¿los enfermos? Podríamos seguir así hasta el infinito. Básicamente, montemos una asamblea con todos los ciudadanos del país y votemos los recortes, ya veríais como no nos ponemos de acuerdo ni en uno solo; pero para eso están los políticos, ¿no?: para tomar decisiones… Y no se confundan, cualquier partido que estuviera ahora mismo en el Gobierno estaría haciendo lo mismo, de derechas, de izquierdas o manco. ¿O es que no se fijaron en la mejoría del color de la cara del anterior presidente porque para él ya había pasado el «marrón»?

En conclusión, si queremos recortar -y parece que es imprescindible, porque esta manta sólo da para tapar la cabeza o los pies y no las dos cosas- nos va a causar inconvenientes y malestares con respecto a la situación anterior que, digámoslo sin rodeos, fue una pasada y «molaba» mucho, ¡todo a tutiplén! Me da la sensación que todos estamos de acuerdo en ahorrar pero que ahorre el de al lado, que yo no estoy para esas «tontás».

Y por cierto, si quieren saber mi opinión, soy más de tratar de incrementar ingresos sin llegar al extremo de atracar un banco o de nacionalizar la Renault, recortando sólo los gastos que no ahoguen la actividad. Y me da en la nariz que eso queda para más adelante, cuando la familia se haya ido a vivir a Islandia.

El compañero del chigre   

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VIENE DE:

Apuntes sobre la crisis (IV):

 “Un mercado que no es libre es mucho más ineficiente que uno que sí lo es”

Un comentario sobre “Apuntes de la crisis (V): «Soy más de incrementar ingresos y recortar sólo los gastos que no ahoguen la actividad: me mudo a Islandia»

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