Feijóo propone una Ley de Disciplina Presupuestaria para que ningún gobierno gaste “por encima de sus posibilidades”

El presidente destaca que la Xunta ha abierto más plazas de bienestar que en toda la legislatura anterior, ha triplicado el número de dependientes atendidos, ha comprometido un 20% más de guarderías en este 2011 e impulsado tres nuevos hospitales públicos, y reitera su compromiso con la Ley de Garantías de Prestaciones Sanitarias si el Gobierno central transfiere el Fondo de Cooperación
Feijóo propone una Ley de Disciplina Presupuestaria para que ningún gobierno gaste “por encima de sus posibilidades” y Galicia siga avanzando en austeridad, planificación y rigor
Dice que “descolgarse del interés general es dejar colgado al país”, y pide a los grupos un pacto por el futuro de la caja, el territorio y el cumplimiento de la financiación autonómica

LEY DE DISCIPLINA PRESUPUESTARIA: Establecerá la obligatoriedad de que el Parlamento autorice un techo de gasto antes de la elaboración de los presupuestos y que en los ciclos expansivos se destine cualquier ingreso extraordinario a reducir deuda

FUTURO FINANCIERO: Pese al bandazo normativo del Gobierno “hay margen para que Galicia pueda contar con una caja evolucionada vinculada a un banco”, si en Galicia “nos mantenemos en los mismos principios de solvencia y galleguidad” y si “el Banco de España es coherente y consecuente con sus propios actos y el Gobierno de España trata a las Comunidades Autónomas de una manera igualitaria”

TERRITORIO: En 2011 estarán en ejecución más de 100 kilómetros de vías de alta capacidad y, a la aprobación de las Directrices de Ordenación del Territorio y del Plan del Litoral, se sumará una nueva Ley del Suelo

FINANCIACIÓN AUTONÓMICA: “Malo fue romper el acuerdo, peor era el nuevo modelo, pero nefasto es incumplirlo” y pide el apoyo de los grupos para defender “no sólo con la fuerza de la razón, sino también con la fuerza de la unión de los partidos gallegos” los 805 millones que comprometió el Gobierno central y no aporta a Galicia

DIÁLOGO SOCIAL: Pone en valor el pacto firmado cuando en España se iba a celebrar una huelga general y avanza que se ampliará con otros nueve acuerdos, como el apoyo a los jóvenes desempleados

APOYO A LOS SECTORES PRODUCTIVOS: Subraya que todos los sectores productivos cuentan con ayuda directa de la Xunta para afrontar la crisis y anuncia nuevas medidas de apoyo para los ámbitos forestal, pesquero y de la automoción

INTERNACIONALIZACIÓN: Destaca que Galicia se abrió al exterior con el mejor Xacobeo de la historia y aboga por hacerlo también desde el punto de vista económico a través de la internacionalización, que cuenta con un 65% más de recursos y que centrará la reestructuración del Igape

Santiago de Compostela, 15 de marzo de 2011.- El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció hoy que en las próximas semanas el Gobierno gallego remitirá al Parlamento un proyecto de ley para disciplinar el control del gasto y de la deuda pública y garantizar la solvencia y la sostenibilidad de las arcas autonómicas tanto a corto como a largo plazo. Según dijo, este texto pionero en España es un ejemplo más de que hay autonomías “capaces de mejorar las cuentas de resultados de la nación” y medidas que permiten reducir la desafección política que sufre actualmente buena parte de la ciudadanía.

Así se pronunció en el transcurso de su comparecencia en el Debate del Estado de la Autonomía, que tuvo precisamente en la crisis económica, en la desafección política y en el cuestionamiento del modelo de Estado sus tres ejes principales. Tras hacer un balance de la gestión de la Xunta en lo que va de legislatura y avanzar las líneas prioritarias de los próximos dos años, aseguró que “el gran empeño del Gobierno gallego es la defensa de la Autonomía, el Bienestar de sus ciudadanos y el fortalecimiento de los instrumentos productivos, económicos y financieros que favorezcan nuestro progreso común”.

Entre las medidas novedosas en las que apoyó esta reflexión destacan la apuesta por la internacionalización de la economía a través de la reestructuración del Igape para que 700 empresas comiencen a exportar de forma regular y se incrementen en 3.400 millones las exportaciones gallegas, así como el impulso a los sectores productivos con la aprobación, por ejemplo, de un Decreto de Electromovilidad para el sector de la automoción, o de un Decreto de apoyo a la comercialización para el sector pesquero. También anunció que en las próximas semanas se ampliará el Diálogo Social con otros nueve acuerdos pactados con los agentes sociales y económicas y, en el ámbito del bienestar, reiteró su compromiso con la Ley de Garantías de las Prestaciones Sanitarias si el Gobierno desbloquea el Fondo de Cooperación pendiente de transferir a la Comunidad para hacer frente al pago de los servicios públicos.

Feijóo, que abrió su intervención con los primeros párrafos del discurso de investidura del primer presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, comparó la trascendencia de la situación “de enormes dificultades y sin precedentes” que se vive en la actualidad con los primeros momentos de la autonomía. Por eso, propuso recuperar la unidad de los primeros políticos de la democracia gallega para afrontarla “sin autoengaños, utopías ni optimismos vacíos”. “El realismo y la verdad es el primer mandamiento de un dirigente que gestiona la crisis”, dijo, y tras garantizar el compromiso de la Xunta de Galicia de seguir trabajando en este sentido, reclamó el apoyo de la oposición para que cada paso que se dé para afrontar la situación económica que sufre España sirva para concluir que el Estado de las Autonomías “sigue siendo parte de la solución, y no parte del problema” y para que los ciudadanos recuperen la confianza con una “nueva esperanza”.

Mano tendida a la oposición
“Descolgarse del interés general es dejar colgado a este país”, afirmó y, por eso, a lo largo de su intervención, ofreció a los grupos políticos pactos en materias tan relevantes como la del futuro financiero, la sostenibilidad de las finanzas públicas, el cumplimiento del modelo de financiación autonómica, o la futura Ley del Suelo. También explicitó que en lo que resta de legislatura, por lo menos 35 textos legislativos precisarán de la opinión y participación de todos porque abordarán ámbitos fundamentales, como la modernización de la administración, el desarrollo de nuestro territorio, el ánimo a nuestra cultura, o la mejora de la educación, de la sanidad pública y de los servicios sociales. “Les pido que asumamos la realidad tal cual es y trabajemos por llevar a cabo una nueva modernización de Galicia, pero no desde la grandilocuencia, sino desde la racionalidad”, planteó.

“Recuperar la confianza debe ser nuestro primero deber. Sin duda, no es la solución definitiva, pero sí la primera necesidad de nuestro país”, incidió y, después de asegurar que “la crisis lleva dos años de ventaja a España” y que “España, y Galicia también, están aún en una crisis económica de la que Europa comienza a salir”, resaltó que Galicia ya lleva aplicando durante toda esta legislatura los tres principios que ahora plantean todas las administraciones: la austeridad, la planificación y el rigor.

Como ejemplo de esto, detalló que Galicia es una de las dos comunidades que ya hace dos años controla sus balances y cumple con la Ley de Estabilidad Presupuestaria. “La Administración gallega cumple”, aseguró, y añadió que lo hace también al pagar las facturas en un plazo medio de 30 días o al mantener el sistema de servicios públicos legado por las generaciones pasadas. En este punto, el presidente gallego aseguró que el establecimiento por ley de las buenas prácticas presupuestarias será un paso más para blindar la solvencia y la sostenibilidad de las cuentas públicas en el futuro y para que “ningún gobierno futuro tenga que soportar los efectos de una mala planificación presupuestaria”.

De la futura normativa, destacó que establecerá la obligatoriedad de que el Parlamento autorice un techo de gasto antes de la elaboración de los presupuestos, así como que en los ciclos expansivos se destine cualquier ingreso extraordinario a reducir déficit o, si fuera el caso, a amortizar deuda pública. También incrementará las exigencias a las entidades del sector público cuyo endeudamiento consolida déficit público y fijará mecanismos de exigencia de responsabilidades por incumplimientos de deberes en relación con el endeudamiento y el déficit. Para ilustrar la importancia de estas medidas, afirmó que si en las épocas de bonanza económica se hubieran aplicado principios semejantes, hoy tendríamos 2.000 millones menos de deuda.

Austeridad, planificación y rigor
Feijóo afirmó que Galicia también “seguirá siendo referente de austeridad” con la puesta en marcha, por ejemplo, de la segunda fase del Plan de Racionalización de la Administración paralela, que analizará más de 80 entes públicos y que se suma a la primera fase que ya ha permitido eliminar o replantear dos de cada tres órganos. También recordó la reducción de consellerías en un 30%, de altos cargos en un 50%, de asesores en un 30% o la puesta en marcha de planes de ahorro de energía, gasto telefónico o parque móvil.

En la misma línea, destacó que Galicia es una de las pocas comunidades que aprobó un Plan Estratégico para su economía, tal y como reconocieron las autoridades comunitarias. Y no sólo eso, “Gobernar un país no significa perderse por ansias de espectacularidad, ni dejarse llevar por el efectismo, ni dar una falsa imagen para salvar el corto plazo, ni anclarse en la volatilidad permanente. Gobernar un país implica conocer ese país y saber cara a donde se va, para poder avanzar con firmeza, pese a las dificultades del camino”, explicó.

“Un gobierno que gestiona con responsabilidad el dinero que es de todos transmite tranquilidad a la ciudadanía. Por el contrario, un gobierno que descontrola el gasto público genera desconfianza”, resumió y, en consecuencia, se comprometió a seguir diciendo la verdad a la ciudadanía sobre la situación económica. En contraposición, recordó que la negación de la crisis durante demasiado tiempo en el pasado “se paga ahora con más impuestos, recortes sociales como nunca e incertidumbres sobre el estado real y el futuro de nuestra nación”.

Así, sumó a la merma de un 10,8% de los presupuestos de 2011 otras dos dificultades añadidas, en referencia a la deuda de 2.600 millones de euros por la malas previsiones económicas del Gobierno, así como a la mala interpretación del modelo de financiación autonómica por parte del Estado y que supone que Galicia deje de ingresar este ejercicio 805 millones a los que tiene derecho. “Malo fue romper el acuerdo, peor era el nuevo modelo, pero nefasto es incumplirlo”, resumió, y añadió que “no queremos más que nadie, pero tampoco menos. Y no queremos un trato preferente, pero tampoco un trato discriminatorio”, dijo, y por eso pidió el apoyo de los grupos parlamentarios para que la Xunta pueda acudir a la Comisión Bilateral “no sólo con la fuerza de la razón, sino también con la fuerza de la unión de los partidos gallegos en la defensa de los intereses del país”.

Futuro financiero
Núñez Feijóo también apeló a la unidad para defender la postura gallega en el debate financiero abierto tras la “improvisación histórica” del Gobierno central. En su opinión, se trata de un “bandazo normativo sin precedentes” porque sitúa a las cajas gallegas en peor posición competitiva que las entidades de los restantes países europeos, fija requisitos discriminatorios frente a los bancos, comete el error de obligar a una capitalización urgente de las entidades, y no computa como capital las provisiones realizadas por la caja gallega para sanear el balance, tal y como le obligó el Banco de España. “A Novacaixagalicia primero se le obliga a priorizar el saneamiento y después se le penaliza por haber priorizado el saneamiento”, criticó, y detalló que, de computarse las provisiones, hoy su core capital rondaría el 8,7%.

A pesar de todo, concluyó que “hay margen para que Galicia pueda contar con una caja vinculada a un banco”. “Hay margen para que la caja gallega pueda captar los 1.500 millones de euros que se le requieren. Hay margen si el equipo directivo de la caja es generoso y mantiene su implicación con el país. Hay margen si la inmensa mayoría de los políticos, empresarios y sindicatos de Galicia nos mantenemos, como hace tres meses, en los mismos principios de solvencia y galleguidad. Hay margen si el Banco de España es coherente y consecuente con sus propios actos. Y hay margen si el Gobierno de España trata a las Comunidades Autónomas de una manera igualitaria”, resumió.

Precisamente sobre las relaciones con el Estado, Núñez Feijóo resaltó la “lealtad” y el “compromiso” constante por parte de la Xunta de Galicia que, según recordó, quedó demostrada desde el inicio de la legislatura con la firma del Pacto del Obradoiro que supuso asumir el “histórico incumplimiento” con la alta velocidad gallega. En contraposición, situó el “rencor partidista” del Gobierno central, que prefirió en los restantes asuntos una relación basada en el “trato arbitrario, recursos, suspensiones de leyes gallegas, falta de compromiso e incluso ausencia de respuesta”. Concretamente, citó tanto la aprobación como la aplicación del modelo de financiación autonómica, la paralización del catálogo priorizado de medicamentos, la puesta en vigor del Decreto del Carbón, la ausencia del Presidente del Gobierno en el Xacobeo, o el hecho de que éste no haya respondido a las cartas remitidas por el propio Feijóo.

Hacia la cooperación permanente
Por todo esto, el presidente gallego concluyó que “urge abrir una nueva etapa en la relación del Gobierno central con las autonomías” para pasar de la “tensión sistemática” a la “cooperación permanente”. En esta línea, propuso profundizar en una “España cooperativa” que permita que las comunidades puedan participar en las políticas del Estado, así como que aquellas decisiones que afectan al núcleo del sistema autonómico “no dependan de acuerdos improvisados con minorías, sino que sean consecuencia de un amplio y mayoritario consenso”.

En varios momentos de su discurso, Feijóo defendió el papel relevante de las comunidades frente a la “triple amenaza” que gravita, en su opinión, sobre el actual modelo de Estado. En primer lugar, se opuso a la opinión de aquellos que “sienten nostalgia de esquemas más centralizados” y ven en las autonomías “un lujo que solamente es aceptable en momentos históricos de bonanza”. “Discrepo totalmente con esta visión. Las autonomías no son una especie de frivolidad pasajera, sino una necesidad permanente”, expuso, y alertó contra la idea de centrar en la estructura autonómica las causas de la crisis en España. “Los factores que generan desazón no residen en la entraña de la España de las Autonomías, sino en políticas específicas de gobiernos específicos”, aclaró.

“Soy galleguista, soy autonomista”
Las restantes amenazas a las que aludió Feijóo fueron, por un lado, la aplicación de medidas en las que “el privilegio sustituye a la equidad, y la improvisación puede más que la armonía” y, por otro, la tentación de centrar la autonomía en debates minoritarios”. Por eso, reivindicó un buen funcionamiento del modelo de Estado para que la crisis no genere más desequilibrios entre los territorios y para que el autogobierno sirva para atender las prioridades reales de los ciudadanos. “Soy galleguista, soy autonomista, y creo que la legitimidad de la autonomía se basa en su capacidad para acercarse al sentir de la gente y, desde la cercanía, intentar resolver sus problemas”, declaró.

Esto no significa, añadió, que el Gobierno gallego abogue por una “visión estática” del sistema autonómico, sino que apostó por “seguir dando pasos adelante, perfeccionando las instituciones, clarificando ámbitos competenciales, evitando duplicidades y ahondando en los foros comunes”. De manera más concreta, repasó algunos de los acuerdos de colaboración más recientes entre distintas comunidades y recordó la intención de que se celebre en este año una Conferencia de Presidentes Autonómicos.

En el mismo sentido, aseguró que el entendimiento que el Gobierno central plantea para sus relaciones con el Estado y con las restantes comunidades es el mismo que ya practica con los ayuntamientos gallegos. Respecto a esto, adelantó su intención de convocar a los representantes de las Diputaciones y de los municipios para “revisar y profundizar nuestras alianzas, y ser capaces de compartir los recursos de forma más solidaria”. De este modo, se dará continuidad a la cooperación que rige las relaciones del Gobierno gallego con la Administración local, y que ha fructificado en acuerdos sobre políticas de tecnología, urbanismo, normas del hábitat o financiación. Asimismo, subrayó que la Xunta es solidaria con la situación de asfixia financiera que viven los municipios y, como ejemplo, puso el blindaje de los recursos del Plan Concertado, el incremento de los fondos para formación, o la creación del canon eólico.

Esta imagen “de una Galicia que dialoga, en vez de imponer; que suma y que no resta; que invierte, en vez de paralizar; y que concierta y no compara” es la que el presidente autonómico se propuso seguir proyectando en España, tal y como se hizo con anterioridad, por ejemplo, con la firma del Acuerdo del Diálogo Social cuando en España se iba a producir una huelga general, con la fusión de las cajas, con el concurso eólico o con el Xacobeo. En su opinión, esta política de rigor y unidad es la que permitirá llevar a cabo con acierto las dos grandes prioridades que, según dijo, marcan la política del Gobierno gallego: la recuperación económica y el blindaje y mejora de los servicios sociales públicos.

En el ámbito de la gestión económica, dirigida al mantenimiento y creación de empleo, se refirió al fomento de la internacionalización como una de las “máximas prioridades” para la legislatura, tanto para exportar como para atraer inversión productiva. Así, adelantó la “completa reestructuración del Igape” para que centre de manera prioritaria sus esfuerzos en este ámbito. Así, propuso reforzar la posición de este órgano como agente dinamizador de la economía gallega para que deje de estar centrado en la tramitación de subvenciones y pase a potenciar realmente la presencia gallega en mercados exteriores. Además, Feijóo concretó que las posibilidades de internacionalización son más fáciles con el incremento de un 65% de los fondos para este ámbito y de la futura puesta en marcha de 14 plataformas empresariales en el exterior.

Apoyo a los sectores productivos
También destacó el impulso a los sectores productivos, tanto a través del apoyo a las nuevas inversiones empresariales “que se incrementaron un 43% en el último año” como de los incentivos fiscales puestos en marcha para facilitar la adquisición de una vivienda y para fomentar la creación y la capitalización de las empresas gallegas. A mayores, recalcó que “no hay un solo sector estratégico que no haya recibido el apoyo directo de la Xunta para luchar contra la crisis” y avanzó que seguirá trabajando al máximo para dar apoyo a los principales ámbitos del tejido productivo gallego.

Cabe destacar, por ejemplo, la aprobación de un Decreto de Electromovilidad como prueba de la apuesta de la Xunta por la promoción del vehículo eléctrico, y que se completa con el objetivo de contar con una red de hasta 407 estaciones de recargo en toda Galicia en el horizonte de 2013. A esto, el presidente gallego también sumó los programas puestos en marcha para fomentar la compra de automóviles, que permitieron el mantenimiento de 21.000 puestos de trabajo en el sector; como la aprobación de una estrategia transversal para la automoción con el Plan Re-móvete Integral. También aludió al sector naval, para el cual ya se han movilizado más de 80 millones de euros, y, de forma concreta reiteró su compromiso para que la ría de Ferrol pueda volver a construir y reparar barcos civiles, algo que consideró muy necesario ante la falta de pedidos del astillero estatal Navantia.

En el campo energético, consideró que las medidas puestas en marcha por la Xunta van en la línea adecuada para “recuperar el liderazgo en la producción y desarrollo de las energías renovables”, algo que es especialmente importante dada la “política errática” del Gobierno central en este ámbito y que se ha traducido en una subida de la electricidad de casi un 50%. De forma especial, subrayó la aprobación de la Ley de Aprovechamiento Eólico y el desbloqueo del mayor concurso eólico de la historia de Galicia, que movilizará 6.000 millones y promoverá la creación de 14.000 empleos. En la línea contraria, situó el Decreto del Carbón aprobado por el Gobierno central que pone en riesgo más de 3.000 empleos en las comarcas de Cerceda y As Pontes, por lo que insistió en la disposición de la Xunta de defender los intereses gallegos.

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