El Principado tendrá que devolver al Estado en torno a 700 millones de euros para compensar el dinero que recibió de más del sistema de financiación autonómica en 2008 y en 2009. El consejero de Economía, Jaime Rabanal, avanzó ayer que la Administración regional estima que, por lo adelantado el pasado año, tendrá que devolver entre 500 y 600 millones. El Gobierno asturiano ha tenido que reconocer hoy que no puede hacer frente a ese pago (porque no tiene un duro y porque hicieron mal los cálculos y ahora… ‘si encuentras algo, vamos a medias’, como en el chiste). A la desesperada, los mandamases socialistas asturianos han pedido hoy que se alcance un acuerdo entre el Ejecutivo central y las comunidades autónomas que permita «flexibilizar» el plazo marcado inicialmente para la devolución de la deuda acumulada por estas administraciones con la central, por los anticipos a cuenta de 2008 y 2009.
El consejero de Economía y Hacienda, Jaime Rabanal, anunció ayer la devolución de los anticipos al Estado por el ejercicio de 2009 podría ser de entre 500 y 600 millones de euros, una cantidad que supera todas las previsiones de la ya maltrecha economía regional asturiana, y que desde luego la región no se puede permitir. A esto hay que sumar las devoluciones pendientes de 2008, fijadas en 171,2 millones.
El gobierno asturiano, encima, quiere desembarazarse de la responsabilidad echándole la culpa a la Administración central, que según dicen fue la que realizó los cálculos, basándose en los parámetros de 2006, «que eran muy optimistas». Lo que no han explicado todavía en el gobierno asturiano es cómo no se dieron cuenta antes de que el «optimismo» del equipo de Zapatero en Madrid podría llevar a Asturias al endeudamiento y la ruina. Y ahora, ¿quién lo arregla? Sobre esa cuestión tampoco se pronunciaron.
Lo único cierto es que el Principado tiene una deuda impresionante de en torno a 700 millones de euros. El PP asturiano salió ayer al quite y calificó de «alarmante» la situación de las arcas del Principado a partir de 2012, año en el que tendrá que empezar a hacer frente a la devolución de ese anticipo y seguir pagando el desfase del ejercicio anterior. El consejero de Industria, por su parte, reconoció que será necesario buscar con el Ministerio de Economía y el conjunto de las autonomías «una fórmula mejor» para devolver el dinero (con que hubiese alguna fórmula bastaba, y sobre todo, con que hubiese dinero, que parece que se lo comen), aunque admitió la dificultad de llegar a esa fórmula por los compromisos del Gobierno central ante la Unión Europea.
Las cuentas del Gran Capitán
El gobierno del Principado no quiso dejar caer más bombas económicas del calibre de la anterior entre la ciudadanía, estupefacta al ver cómo en menos de una semana se ha pasado del «estamos saliendo de la crisis» pronunciado por el presidente Vicente Álvarez Areces en su despedida parlamentaria a una deuda «tremenda», en palabras de un diputado del PP.
Así que preguntado por los populares si la deuda que también se ha generado en 2010 iba a ser igual de impresionante que en los años anteriores, Rabanal negó la mayor con bellas y dubitativas palabras: «Igual que reconozco la situación de 2009, no creo que en 2010 el balance sea negativo para el Principado». Agárrense que hay curva. Y añadió: «No tendremos problema en 2010 y tampoco en 2011, porque el cálculo con el nuevo sistema de financiación es mucho más ajustado a la situación económica. Tenemos un problema con los anticipos de 2008 y 2009».
En plan torero, se permitió todavía elogiar la gestión económica del gobierno: «Las finanzas del Principado son suficientemente sólidas para integrar, no sin costes, los problemas derivados de la situación ajustada». El Gran Capitán y sus cuentas eran una bagatela comparado con este gobierno.
Y el actual PP asturiano agradeciendo «la sinceridad» de los socialistas respecto a estas previsiones y «su valentía» al no ocultarlos. «Hoy, por fin, nos dicen la verdad». Genial, la vida es bella y todos los políticos contentos. Total, los que están empufados hasta las cejas son los ciudadanos asturianos. Aquí podría parafrasearse al Rey Sol: «Le quitamos todo al pueblo, pero sin el pueblo».